Octubre tiene una fecha recordada que es el 12 de octubre, que para nosotros los mayores nos hace rememorar aquellos domingos, en los que desde temprano ya se escuchaba alguna bomba de estruendo, repiques agitados de campanas, ladrido de perros y a lo lejos el sonar de gaitas, tamboriles y trompetas.
Eran ellos los “gallegos” que al son de esa pequeña bandita y ataviados con sus mejores trajes regionales, por calle Colombres se dirigían hacia el frente del edificio comunal para saludar a las autoridades, los cuales, junto al comisario pondrían una ofrenda floral en la plaza, para dirigirse después, atravesando la misma para llegar a la Parroquia de la Virgen a participar de la Misa. Todo esto desde 1917.
De igual manera y desde aquellos años lo hacían las otras dos grandes comunidades existentes, como eran la italiana y la libanesa, siguiendo el mismo formato, pero con la identidad propia de sus respectivos pueblos.
Hermoso era ver la cantidad de paisanos que concurrían a celebrar sus festividades , casi siempre coincidentes con las fechas de sus santos patronos, convocados a degustar sus platos típicos y bailes tradicionales.
Los años fueron pasando, los alegres grupos de paisanos se fueron diluyendo y a la vez mezclando con los nativos del departamento.
Hermosas épocas donde la alegría y el entusiasmo de aquellos inmigrantes celebraban el trabajo y el esfuerzo.
Fueron ellos los que desde finales del siglo XIX, aportaron a este pueblo sus saberes potenciados con el entusiasmo y habilidad de los nativos.
Hoy son otros más los que se agregaron a este racimo de soñadores y fanáticos de la tierra y del trabajo y que son aquellos que encorvados sobre los surcos, acompañados de su familias y con las primeras luces del alba, cultivan sus días, regados de sudor e iluminados por su fe: el pueblo boliviano y demás hermanos de las provincias del norte.
Hoy este pueblo dejo de ser extraño, hoy no solamente están en los campos y en las obras, también son profesionales, maestros, enfermeros, técnicos, políticos, etc. así como lo fueron los hijos de los primeros inmigrantes.
Forman parte de este Luján, crisol de razas y parte de esta nuestra diversidad cultural.
Oscar Carlos Laguna. DNI 8.144.258