Hemos podido desarrollar en nuestra escuela un proyecto que ha tenido una repercusión social y mediática debido a su base solidaria y de aprendizaje en servicio en estos momentos tan especiales.
Ante la incertidumbre producida por la pandemia, sociedades vulnerables como la que abarca mi institución, se ven sumamente afectadas y en lo educativo se ensancha la brecha educativa y digital.
Es fundamental generar mecanismos que le permitan a nuestros estudiantes, continuar con sus trayectorias lo mejor posible. Rescatarlos, apoyarlos, acompañarlos, y lograr que a pesar de la escasez de recursos, ellos puedan entablar relaciones con sus pares y juntos sostenerse mediantes nuevas redes sociales. Eso hicimos, nos auto-gestionamos, salimos a buscar los propios recursos con campañas solidarias de donación de celulares, los mejores equipos sirvieron para conectarse y los más antiguos fueron usados de enrutadores. También una bodega nos donó notebooks.
Luego capacitamos a alumnos, padres, docentes y todo el personal de la institución en el uso de plataforma moodle de la Escuela Digital de la DGE, la cual es gratuita y esto nos permitió concentrar los diferentes canales de comunicación como Whatsapp, guías impresas, correo electrónico, en un solo lugar. Además las aulas virtuales fueron diseñadas por los docentes siguiendo un mismo patrón. Esto es facilitador para el alumno, ya que al ingresar desde un celular puede adaptarse fácilmente al entorno gráfico digital. No es simple estudiar ni enseñar por medio de un celular que en su mayoría está privado de las condiciones básicas para poder brindar educación de calidad. Pero lo hemos logrado en un alto porcentaje.
Esta pandemia si algo nos enseñó, como dice Paulo Freire, es que nadie se salva solo. Y la intención es fortalecer y sostener los vínculos con nuestros estudiantes para que no decaigan.