El miércoles pasado se discutió el Presupuesto 2023; y más allá que oficialismo y oposición todavía no se ponen de acuerdo, la famosa grieta, en el medio, atónitos, sintiéndose nuevamente excluidos, quedaron los alvearenses.
Cuando hace un mes empecé a analizar el Presupuesto, descubrí, con asombro, que existen funcionarios que ignoran totalmente el presupuesto de sus reparticiones, con la gravedad que implica manejar fondos públicos desde el total desconocimiento.
También pude apreciar que casi la totalidad de los concejales, se desentendieron de los aspectos centrales del presupuesto, porque nunca les intereso analizarlo o porque no participaron en las presentaciones de los secretarios y directores municipales.
Y actuaron así, porque desde el primer momento, estaba determinado que votarían a favor o en contra, sin debate, sin análisis, sin estudio, sin preguntar y sin proponer alternativas, porque así los manda sus partidos y sus jefes políticos.
Hasta el último minuto plantee la necesidad de la discusión con argumentos, de la crítica constructiva y responsable. Ninguno de los ediles, excepto algún caso particular, me acompaño
Aprobar el Presupuesto a libro el cerrado era una irresponsabilidad porque presuponía que todo estaba correcto. Rechazarlo, sin debatir, también era una imprudencia, porque implicaría que seguiría vigente el presupuesto del año 2022, con lo cual, el Ejecutivo tendría más discrecionalidad en el uso de los recursos como los gastos. También trabarían muchas obras que son necesarias para el departamento.-
Pero tanto los Concejales de la UCR como del Frente de Todos, actuaron cumpliendo mandatos partidarios, acatando las órdenes de sus dirigentes y hablando para sus militantes. No les importaron los alvearenses.
Mi despacho se basaba en tres líneas principales:
· Bajar el gasto político, reduciendo en un 15 % los cargos de funcionarios.
· Reducir en $ 177.185.000 partidas innecesarias como las destinadas a publicidad, promoción, festivales y agasajos o realizando una Fiesta de la Vendimia más austera en un en un año con nula producción agrícola producto de la heladas; y utilizar dichos fondos para bajar las tasas municipales que pagan las familias y pymes alvearenses, aumentar la ayuda al agro y evitar el endeudamiento.
· Y la más importante, que el Ejecutivo deje de tener la facultad de crear nuevas partidas de gastos o reasignar fondos de una a otra, ya que esta es una de las funciones esenciales del Concejo Deliberante, ejerciendo el control por oposición del mismo.
Ante la negativa del resto del cuerpo de debatir, salvo alguna excepción puntual, teniendo que optar solamente por la aprobación y rechazo, no me quedó más alternativa que retirar mi despacho y abstenerme de votar, para no ser funcional a ninguno de los dos sectores.
Y esta situación, de falta de debate y de control por parte del Concejo Deliberante, se viene dando desde hace más de 20 años, independientemente de cual sea el partido político que gobierna el Municipio.
En mi opinión, hacer política es mejorar el nivel de vida de la gente, no de los politicos
Cada vez que planteé la necesidad de bajar impuestos, eficientizar el gasto público o reducir el costo de la política, sentí que se caían las diferencias entre oficialismo y oposición, ahí todos armaban frente común, todos hablaban parecido, todos tenían los mismos argumentos.
El tratamiento del Presupuesto 2023 no fue la excepción. Fue otra oportunidad perdida para hacer política de la buena.
Cuando en noviembre del año que viene, empecemos a tratar el presupuesto 2024, nos volveremos a enterar que los $ 531.000.000 para publicidad, promoción, contratos y festivales previstos para el 2023 fueron insuficientes y tuvieron que ser aumentados; y en contrapartida, al igual de lo que sucedió en el año 2022, algunos fondos destinados a fomentar el desarrollo y el empleo, la agricultura o la ganadería, no se pudieron utilizar porque hubo “otras prioridades”.
Un Concejo Deliberante que no delibera, que no. discute, que esta para repudiar los dichos del Presidente o del Gobernador, según de que partido sea el edil, o para participar en los actos públicos como aplaudidores, más que un Concejo Deliberante, es una red social que le cuesta mucho dinero a los alvearenses.
Un Concejo que esta para la rosca partidaria, para darle empleo a algún militante, para promover candidaturas, y no para mejorar la vida de los alvearenses, custodiando que los recursos se gasten e inviertan de la mejor manera posible, es una institución vacía de contenido.
Las únicas batallas que se pierden, son las que no se dan.
Por eso, mi equipo y yo redoblaremos los esfuerzos y continuaremos invirtiendo tiempo, que le quitamos a nuestras familias y actividades, hasta cambiar la realidad que hoy nos toca vivir, hasta lograr que a los políticos no les quede otra alternativa, que devolverle a la gente, todo el poder que le ha sacado en los últimos años.
Adrián Caltabiano. Concejal (Cambia Ya)