Escribo como ciudadano nacido en el Perú, país donde viví 48 años. Obviamente me siento dolido por la situación caótica de mi país natal y me duele aún más cuando observo la desinformación y temeridad con las cuáles se juzga esa realidad desde nuestra Argentina, especialmente por parte del gobierno nacional.
Leí con estupor el comunicado conjunto que firmó el gobierno con tres gobernantes de América Latina, conocidos por su participación en actos antidemocráticos. Como Lopez Obrador, que desconoció las elecciones mexicanas de 2006, proclamándose en un acto desopilante en la calle como presidente de ese país. O como Maduro, tirano de quien sobran palabras descalificativas. Y el boliviano, secuaz del dictador Evo Morales, famoso por incumplir el voto popular en un referendum para buscar la aprobación de su candidatura ilegal, perdiendo y sin embargo contando con la complicidad del Poder Judicial cooptado se eligió por cuarta vez, en contra de la Constitución.
El Gobierno argentino, con esa pandilla, reclamó por la destitución del golpista Castillo, exigiendo su reposición y culpando al Congreso peruano de haberlo vacado ilegalmente.
Totalmente desubicado, el gobierno nacional se permite agraviar a la ciudadanía peruana representada por el Congreso que destituyó a un patético aspirante a dictador que en forma pública y a través de una cadena nacional, pretendió cerrar el Parlamento, gobernar por decretos-ley y convocar a una “Asamblea Constituyente”.
Castillo es un semi analfabeto presentado por la propaganda como un profesor rural humilde, cuando en realidad es un agitador profesional que paralizó la actividad educativa en su país a través de paros ilegales con el fin de hacer caer a gobiernos legítimos, actuando como mascarón de proa, hoy y antes, de Sendero Luminoso, el movimiento terrorista que causó 60000 muertos y 20 mil millones de dólares de pérdidas materiales en la década de 1980.
Ahora está en la cárcel, lugar que le corresponde por sus fechorías, pues además del intento de golpe, está denunciado por dirigir una banda de corruptos entre los cuales se encuentran su esposa, su cuñada y sus sobrinos ( fugados) para enriquecerse ilegalmente. Sobran pruebas documentales y manifestaciones de aprehendidos y arrepentidos.
Demás están las vociferaciones de los supuestos izquierdistas latinoamericanos entre los cuáles lamentable y ridiculamente se han sumado Fernández y socios de su pésimo gobierno.
* Carlos Perez Salinas. DNI 18905369