Cito textualmente lo que dice Eduardo Mallea en su libro “Historia de una pasión argentina”, pág. 97, decimoséptima edición, Editorial Sudamericana, escrito en 1936/1937: “……Cuanto más ahondemos nuestra observación peor será la decepción con que lo comprobaremos; pero no es necesario ahondar; el mal llega ya a la epidermis y se le reconoce en los más inmediatos síntomas: basta ver a los hombres que nos rigen en todos los dominios de la vida pública y académica. Son infinitamente más mediocres, torpes, triviales, plebeyos e individualistas que los hombres de nuestras primeras horas, y si fuéramos a auscultar su aspiración profunda, nuestra repugnancia no tendría límites. De más en más se ha trabajado aquí sin ensueño creador, lo que equivale a decir-en un sentido profundo-sin vida: vegetativa, telúricamente, con la obsesión del trueque inmediato; tal trabajo para tal objeto utilitario-no para tal fin, sólo para tal objeto; pues estas existencias se mueven, ya lo sabemos, en el mundo limitado de los medios”.
Esta descripción de los políticos y dirigentes de esa época, no difiere en nada de los que hoy, por supuesto con unas pocas y honrosas excepciones, tenemos en la Argentina, incluyendo a algunos de los que pululan en Mendoza: cuántos émulos de “borocotós” tenemos? Muchos demócratas que ahora son peronistas/kirchneristas, radicales que ahora son unionistas mendocinos, o que en un momento también son o fueron kirchneristas, demócratas que luego fueron por el cambio mendocino y que ahora no se sabe qué son. Todos saltimbanquis.
Pienso que no saben lo que es la moral ni la ética. Estimo que cuando siendo jóvenes iban a la escuela, el día que sus maestros enseñaron moral y ética, ellos faltaron a la escuela y se hicieron la rata. Realmente, dan náuseas.
Carlos Andrés Canullo. DNI 8.144.469