Dentro de unos meses, nuestra amada Biblioteca Pública General San Martín, cumplirá 200 años, y este festejo no la encuentra de la mejor forma.
En los tiempos que corren, luego de transitada gran parte de la espantosa pandemia del coronavirus, este claustro de conocimiento, sufre los avatares de la desidia oficial.
Según tengo entendido, solo tiene 14 empleados, que luchan día a día para evitar el cierre de los servicios que ahí se prestan; sirve el simple ejemplo de que aún no tiene nombrado un director/a.
¿Cuál es la respuesta oficial? No hay presupuesto, simple y llano. No hay dinero para el conocimiento y la educación pública, justo ese lugar que fue impulsado por el general San Martín, hoy el gobierno de Mendoza le da la espalda.
No es la primera vez que la biblioteca corre el riesgo de desaparecer, pasó en la última dirección justicialista y cuando asumió la gestión radical en 2015, el recién nombrado secretario de Cultura, Diego Gareca, asignó el cargo de directora a Marta Babillón, quien se preocupó y la hizo resurgir casi de las cenizas.
Quienes pasamos muchas horas investigando en ese lugar sabemos la importancia que tiene mantener al alcance público añejos libros, diarios y revistas, que formaron durante tantos años a miles de mendocinos.
Hay una frase atribuida al padre fundador general San Martín que dice “La biblioteca destinada a la educación universal, es más poderosa que nuestros ejércitos”. Sea o no real dicha frase, es hora que el gobierno de Mendoza destine los fondos necesarios, para que la Biblioteca no muera en su cumpleaños doscientos.
Hay que olvidarse de las chicanas políticas y ponerse a trabajar en los temas importantes, siendo la biblioteca uno de ellos.
*El autor es escritor y vecino de Las Heras.
