Para mí, la paz no es solo detener los conflictos armados, también es detener las injusticias en los pueblos.
La paz significa democracia, no más corrupción y el respeto a los derechos humanos, y las mujeres deben estar presentes en esos tres ámbitos; deben ocupar los puestos más altos para la toma de decisiones en todos los poderes e instituciones de los estados.
Su papel es primordial para la construcción de la paz, no como mujeres, sino como patriotas, además deben estar presentes en los medios de comunicación, las sociedades civiles y la economía.
Las mujeres siempre han sido vistas como víctimas, pero en los países en vías de desarrollo o con conflictos armados, las mujeres demuestran su valentía y arrojo tratando de mantener a sus familias a salvo, de encontrar comida para alimentar a sus hijos y de mantener la armonía dentro de las comunidades.
Hay un dicho que dice: “Si le das una vaca a un hombre, él invitará a sus amigos, beberán cerveza y harán un asado con la carne; pero, si le das una vaca a una mujer, ordeñará su leche, hará queso, alimentará a su familia y probablemente haga un poco de dinero vendiendo esos productos”.
Si a una persona se le dificulta cambiar algo en sí misma, es imposible cambiar un sistema mundial donde el poder de los hombres ha estado por siempre. Las cosas han ido cambiando poco a poco, pero no lo suficientemente rápido como tendría que haber sido.
Estamos a un paso de las elecciones somos más de un millón de mujeres en Mendoza, dejemos la apatía que tenemos y exijamos y reclamemos un mayor y mejor comportamiento de los candidatos, con una formación acorde al puesto que van a desempeñar.
Se trata de la dirección y la economía de nuestro país que antes era muy fructífero y ahora la indigencia, la miseria y la mezquindad nos hacen ver la desnudez que vivimos.
Es por ello que invito a todas las mujeres de nuestra Mendoza a unirnos, que se sientan identificadas con este accionar, y que los candidatos se sientan observados y vigilados.
Marta Miller de Arriaga. DNI 3.046.224
