Cuando el ex premier ruso Mijail Gorvachov nos visitó hace unos años, en el inicio de su discurso pronunció la humorada de que los mendocinos “…éramos muy inteligentes porque habíamos construido Mendoza en un bosque”. Es que el mendocino tuvo siempre en cuenta la cultura del árbol.
Mendoza logró ser famosa por sus “túneles vegetales” de sus antiguas rutas de acceso que hoy los nuevos trazados no lo hacen posible. National Geographic en 1992 cita que Mendoza es la ciudad con más árboles per cápita del mundo, pero no hay que descuidarse, un aumento sin precedente de la población –dice el Preámbulo de la “Carta de la Tierra”- ha recargado los sistemas ecológicos y sociales y están amenazando la seguridad global con los cambios climáticos.
En 2005 consciente de esta amenaza y despertar conciencias, Colonias Educativas de la Dirección General de Escuelas organiza el concurso “De los árboles de Mendoza ¿cuál es el árbol?”. La propuesta esconde dos fines que disimula, la búsqueda del árbol emblemático, no tenían y lo principal, reafirmar aquello de la cultura del árbol.
La respuesta fue increíble más de 3 mil alumnos de toda la provincia enviaron sus propuestas que incluían fotografías, poesías, cuentos, relatos, leyendas, sobre forestales.
La importancia de la convocatoria replicó con los auspicios de la UNCuyo, el Conicet Mendoza, El Instituto del Petróleo y el Gas –IAPG, -que financió la difusión- y reparticiones oficiales afines al árbol.
La mayoría de los educandos eligió uno, el algarrobo, y así Mendoza tuvo por gran mayoría “su árbol”. ¿Cuántos pensaron en el álamo, en el plátano?
Bueno es recordar la institución ganadora que se llevó el primer premio, la escuela Nº 1-143 “Pedro Pascual Segura” de Bowen, General Alvear. Todo un orgullo.
Mendoza tuvo su árbol emblemático, el rústico, fuerte algarrobo proveedor de frutos, madera y reparadora sombra que supo cumplir y cumple un imponderable papel en aquellos pueblos del desierto.
Armando A. Rivera. DNI: 6.884.128