El 10 de octubre fue declarado Día de la Industria Aeronáutica Nacional, en coincidencia con la fecha de creación de la ex -Fábrica Militar de Aviones (FMA) en Córdoba, en 1927. La FMA además de 1.500 aviones (entre ellos el extraordinario Pulqui II) parió el desarrollo tecnológico argentino a partir de su industria automotriz. En la década del 90, un aberrante negociado, disfrazado de concesión al amparo de fantasiosas “relaciones carnales”, terminó con los sueños de sus ilustres fundadores y el esfuerzo de tres generaciones de técnicos y operarios.
Después de 14 años, una patriótica decisión presidencial la rescató y convertida en empresa del Estado (la actual (Fadea) sigue esperando un nuevo amanecer que acompañe el proyecto de su gran avión “Pampa”, dotación de la Escuela de Caza de la IV Brigada Aérea de Mendoza. Es justo homenaje reconocer el esfuerzo privado de emprendedores argentinos, acompañando durante muchos años el camino de la FMA/Fadea. Entre ellos: la familia Boero de Morteros (Córdoba); de Cicaré en Saladillo (Bs. As.), de Manuel Prieto con Laviasa en El Plumerillo y la familia Cardama con Aerotech en Rivadavia, ambas de Mendoza. Dejo expresamente para el final a la familia Beraza con Chincul en Pocito (San Juan) y de la cual, mi entrañable camarada y amigo de toda la vida, el mayor (R) de la FFA, Héctor Carlos Delgado, quien nos dejó hace varios semanas a la edad de 93 años, fue su alma mater, creando desde cero una fábrica que produjo mil aviones.