¡Hola! ¿Sós vos o no? A todos nos ha pasado que no sabemos quién nos saludó con barbijo. Me sorprendí cuando mi padre me contó que aún no conoce el rostro completo del almacenero vecino. Es decir, lo conoce solamente con tapabocas.
Esta nueva indumentaria de salud es incómoda, no te deja respirar, te empaña los anteojos, en esta estación es muy calurosa, te aprieta las orejas y lo más importante; no te lo olvides antes de salir con ella porque te hará regresar.
Pero aparentemente habrá que seguir cuidándose y adaptándose a esta nueva Edad Media.
La pandemia trajo modalidades y algunas bastante incómodas.
También llegaron otras condiciones que nos hicieron repensar que la vida es como transitar una permanente vía férrea.
Hoy todos vamos subidos en el mismo tren y debemos cumplir con sus reglas, como por ejemplo cuidarse y vacunarse contra el COVID 19.
Tendremos optimismo que pronto todo esto se resuelva del todo y volvamos a lucir caras libres y ver las sonrisas.
Por otro lado, seguro recuperaremos una excelente costumbre argentina: saludarnos con un beso y fuerte un abrazo, hábito relegado en estos dos últimos años para cuidarnos.
Amigo mío querido aprovecho esta oportunidad para disculparme si nos cruzamos por la calle me saludás y no reacciono, lo más seguro es que no te reconocí por el barbijo.
Lo cierto es que los ojos detrás del barbijo siguen allí, comunicando de otra manera, revelando gestos ocultos y siendo un rasgo esperanzador encargado de trasmitir nuestra actual humanidad.
Para finalizar y con un poco de humor como dice Charly García: “Si la nariz no hace juego en tu cara”, entonces más lindo con barbijo.