Las palabras choro y chorear

Las palabras choro y chorear
Motochorros.

Quiero llegar a la columnista Nené Ramallo las siguientes consideraciones relativas a su interesante reporte etimológico “Variantes del robo”, publicado el sábado 15 de junio y transmitirle mi correo.

Escribo de paso por Mendoza y tomando en cuenta el habla chilena.

Las palabras choro y chorear han adquirido un carácter polisémico. Además de las acertadas y asertivas anotaciones de la profesora Ramallo, podemos agregar otros usos. Así, choro es un ladrón veterano, experto, con gran experiencia, destreza y valentía comprobada y reconocida por sus pares, los cacos, a tal punto que el choro es el que ocupa el lugar más alto en la jerarquía de estos. Por analogía, dícese de alguien temerario y desafiante (“Chitas, que soi choro, voh, oh!”). Además de robar, chorear se usa en el sentido de aburrir, de saturar a alguien molestándolo: “Lo estái choreando” (o sea, “vas a hacer que llegue a un punto de extrema irritación”; “choreado” puede usarse entonces para referirse a alguien extremadamente irritado. Pero también se usa en el sentido de un reto agresivo, de un acto desafiante que incita a pelear: “Está echando la chorea(da)”.

Por extensión, y en un uso más moderado, se dice que tal persona es chora cuando se luce ostentosamente, pretenciosamente, por sobre las demás personas de su entorno.

Volviendo al uso inicial: choreo es sinónimo de robo. Motochorro es el que roba raudo montado en una motocicleta. Bolsero es el que se hace pagar o alimentar todo por otra persona, sin tener derecho a eso. Son todas variantes de actos furtivos.

* El auto es Presidente de la Corporación Cultural Nuevo Horizonte de Paien (Chile).

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