Hay un momento, y es ahora, cuando tenemos que preguntarnos nuestra posición ante la realidad de esta historia; porque la historia es el paso del tiempo que delimita nuestro acontecer, eso es evidente, pero no inalterable.
Uno recoge su experiencia inexorablemente y sobrelleva su relato.
Es decir, cada día, despertamos para resolver nuestro trabajo, con infortunio o gloria.
Pero eso en sí mismo, no es lo importante, porque todo aprendizaje estará sujeto a ensayo y error, hasta encontrar la anhelada estabilidad interior.
No es la quietud la que refiero, es el equilibrio en movimiento.
La comprensión de un inmenso universo de posibilidades que nos sostiene, cuando podemos ubicarnos en él individualmente.
Es en este punto que se concilia el ser en un sistema; sin que éste lo doblegue, someta o anule; porque siente, por fin, su integración en esa totalidad, y asume en ella un acto de libertad para colaborar en el buen orden del conjunto.
Liliana Bandini DNI 10.501.180