En sus Florecillas (s. XIII) San Francisco de Asís expresó poéticamente su amor por la Naturaleza. Hermano Sol, hermana luna, cantó, e instaló en la cultura europea la noción de cercanía, la relación “natural” que guardamos con toda la Creación, despojando a los astros y a los bosques de su aspecto terrorífico.
La orden franciscana dio lugar por ello al desarrollo de las Ciencias Naturales, especialmente a partir de Irlanda e Inglaterra.
La Naturaleza es siempre “buena”, porque es la vida misma.
Sus procesos son, por lo tanto, sabios, no caprichosos, sino necesarios.
En estos días, aquí en Mendoza, sus dones nos sorprenden.
En medio de las quejas, recibimos más de lo esperado, sobre todo frente a la acción humana incorrecta, depredadora, codiciosa.
De modo que bien podemos cantar: Hermano granizo, hermano viento, hermana helada . . .
* La autora es docente universitaria jubilada.