Encontrar alguna afirmación que ofrezca pocos desertores no es fácil, y “estudiar te abre puertas” considero que es una de ellas, ya que, a pesar de no ser tan descriptiva, es muy eficiente para explicar los beneficios que ofrece continuar los estudios.
Dicho esto, aquellas personas que poseen los recursos necesarios y tengan la decisión de afrontar el desafío de ser estudiante universitario, no deben perder de vista la situación económica en la que se encuentra la Argentina, ya que un próspero futuro se adquiere sólo con la matrícula.
También se debe considerar que existe una distancia considerable entre los contenidos teóricos que se ven en la Universidad, y lo que finalmente se realiza en la práctica. Es decir, estudiarán cosas que no parecen “relevantes”.
A fin de cuentas, la Universidad forma a sus estudiantes no sólo para afrontar desafíos profesionales, sino también humanos, que mientras se estudia y rinde, se ejercita la tolerancia, la resiliencia, y otros tantos valores que serán necesarios para adquirir valor en el mercado de trabajo.
Precisamente de esto último se trata: los ingresos futuros que se logren, no serán determinados por una ley sino por el valor que se nos otorgue como capital.
Mauro Araujo. Licenciado en Ciencia Política y Administración Pública (UNCuyo)