Entre los ferroviarios antiguos que concurrieron a la estación Palmira a presenciar la llegada del tren de pasajeros a prueba, se encontraba uno de los más antiguos de Mendoza: Eliberto Ponce, de 95 años.
El casi centenario trabajador se desempeñó durante cuatro décadas en los Talleres Diesel Mendoza, en la capital, en la función de tornero mecánico.
Residente en la ciudad jarillera, Eliberto, muy lúcido y con una molestia para caminar por lo que se apoya en un bastón, contó que durante muchos años viajaba a su trabajo en el tren “El Obrero”.
“Hacíamos todo tipo de piezas menores y arreglábamos los ejes y otras partes de los trenes; la jubilación me llegó en 1992 cuando empezaron a cerrar los ramales ferroviarios. Una de las cosas más lindas de mi tiempo de empleado fue cuando con mi esposa y mis hijos viajábamos a Buenos en el ‘El Libertador’; después de esa época no volví a viajar nunca más en tren”, dijo con nostalgia.