Acerca del incremento del precio del ómnibus en Mendoza, me surgen algunas preguntas:
¿A quién en el mundo se le pudo ocurrir que, en este caso la provincia, subvencione a las empresas prestadoras del servicio por un precio determinado por kilómetro recorrido?
¿No hemos visto en numerosísimas oportunidades a ómnibus que circulan con muy pocos usuarios e inclusive, circulan vacíos, sin pasajeros?
Es hora de terminar con el subsidio a la oferta y subsidiar a la demanda, con una tarifa social que beneficie a quien le pueda corresponder.
Apuesto a que el Estado mendocino ahorraría ingentes recursos que podrían ser destinados a otros usos alternativos.
* El autor es Contador Público Nacional.