El poeta Juan Gelman menciona la metáfora poética “...un rayo de luna hará nido en tu pelo…” de Alfredo Le Pera. Y agrega, “Hay mucha poesía allí”, destacando la riqueza y sensibilidad de esos versos reconociéndolo como un gran poeta del tango.
Le Pera nació de casualidad en San Pablo (Brasil). Sus padres, Alfonso Francisco Le Pera y María Sorrentino habían llegado de Italia a Buenos Aires en 1898, dos años después viajan a Río de Janeiro por negocios y de regreso, en San Pablo, el 7 de junio de 1900 nace Alfredo. Dos meses después vuelven a Buenos Aires.
Alfredo Le Pera hablaba fluidamente italiano, inglés, francés y alemán. Se destacó como periodista siendo jefe de redacción en Caras y Caretas, en enero de 1932 entrevista en Inglaterra a Afred Hitchcock.
Vivía en el barrio de Monserrat haciendo el bachillerato en el Bernardino Rivadavia, alumno de Vicente Martín Cuitiño, dramaturgo y crítico de teatro, lo incentiva en la poesía, vinculándolo con José Ingenieros, Alfredo Vacarezza y José de Maturana.
Le Pera en sus letras o guiones de películas destaca el genio propio de un creador dándole al tango letras llenas de poesía que contribuyó hacerlo internacional
A principio de 1932 viviendo en París con Carlos Gardel, deciden asociarse escribiendo las letras más conocidas y exitosas como “Melodías de arrabal”¬ -su mayor éxito-, “Nostalgias”, “Volver”, “Mi Buenos Aires querido” “Lejana tierra mía” y tantos otros éxitos. Se dice que esa unión le “dio letra al tango”.
Por su timidez no supo posesionarse en ese lugar de importancia que merecía su trabajo, quizás su humildad no le permitió apartarse de esa sombra que lo cubría, llegando el caso que en Francia lo confundieran con el secretario de Gardel, así cuando los diarios publican el fatal accidente, todos anuncian la muerte del cantor y ninguno lo menciona.
La pureza que imprimía en su poesía, hacía despreciar el lunfardo y algunos términos coloquiales porque eran letras emocionales y saturadas de historias. Conformó con Gardel la dupla argentina más extraordinaria de todos los tiempos y eso que fueron socios por tres años.
Le Pera al morir, el 25 de junio de 1935 tenía 35 años. Quién conoce de poesía no imagina dónde hubiera llegado. Publicó, además libros de poemas y relatos.
Armando A. Rivera. Vecino de San José