Gracias a Dios pareciera que los argentinos despertamos de este largo letargo en que estábamos sumidos. Fue muy emocionante vernos unidos en pos de un ideal. La cantidad de banderas albicelestes, nos hizo pensar “Aquí estamos Argentina, para defenderte y hacerte cada vez mejor.
Roguemos para que ese entusiasmo no concluya ahora. No debemos esperar otro mundial para seguir unidos. Ya experimentamos la fuerza que tenemos juntos. Somos hermanos y capaces de encontrar la solución a cada problema que se nos presente.
Es el momento que los gobernantes deben aprovechar para comprender lo que el pueblo quiere y preguntarse cómo puedo vincular lo que yo quiero con lo que ellos quieren Es fácil: el pueblo quiere paz y bienestar. El gobernante que no se interesa por su pueblo, es el que tiene dificultades. Pero interesarse en serio, no sólo con elecciones, que es cuando comienzan con dádivas para que los voten.
Hay que recordar y ver lo que el pueblo quiere y necesita, forjándole a la persona la idea de lo capaz y empeñosa que es. Esa idea transformará poco a poco al individuo en útil y necesario para la sociedad. Tratar que el pueblo sienta que es lo más importante, y demostrarles mucho respeto a las opiniones que tienen.
Dejar que ellos hablen más y que crean que cualquier idea que surja es de ellos. Apelar a los motivos más nobles. No ofuscarse por las ideas que les planteen, y piensen que, si ustedes estuvieran en el mismo lugar de ellos, no tendrían ninguna duda de que pensarían lo mismo. Si imaginan que es necesario cambiar a cierta gente, hay que elogiarla hasta la menor mejora, porque esto hace que quieran seguir mejorando, y es una forma de estimularla hacia el triunfo. Si la gente se siente feliz no tengan ninguna duda que siempre los apoyarán.
Procurar que el pueblo se sienta feliz al hacer lo que sugieren. No se olviden que es el pueblo el que está abonando con sus impuestos los sueldos y gastos que ustedes tienen.
Marta Miller de Arriaga. DNI 3.046.224