El cruce de los Andes del Ejército Libertador

Desde Mendoza, San Juan, La Rioja (y con anterioridad desde San Luis), de toda la Intendencia de Cuyo, miles de valientes siguen a sus jefes Las Heras, Lemos, Soler, O'Higgins, Cabot, Zelada, Dávila, Freire y al Gran Capitán en búsqueda de libertad e independencia para América.

La Asociación Damas Pro Glorias Mendocinas recuerda aquellos días en que ya transita por difíciles y escarpadas sendas el naciente glorioso Ejército Libertador.

Puestos en movimiento desde el Campo de Instrucción El Plumerillo y distribuidos en seis columnas, hombres, caballos, mulas, pertrechos, de día o de noche, bajo un cálido sol o soportando heladas nocturnas, dan inicio a la gesta soñada por el Padre de la Patria.

Desde Mendoza, San Juan, La Rioja (y con anterioridad desde San Luis), de toda la Intendencia de Cuyo, miles de valientes siguen a sus jefes Las Heras, Lemos, Soler, O'Higgins, Cabot, Zelada, Dávila, Freire y al Gran Capitán en búsqueda de libertad e independencia para América.

Así, del 9 de enero hasta alrededor del 5 de febrero (entre el 7 y el 8 llegaron las principales columnas), la fecha prevista por José de San Martín para el estudiado encuentro en tierras chilenas después de unos veinte días de marcha. Son jornadas de gran amplitud térmica, fatigante sol de día y frío y viento de noche, por difíciles senderos y alturas de hasta cinco mil metros sobre el nivel del mar, comenzará el tan ansiado desenlace: ¡vencer y ser libres!

* La autora es Presidenta de la Asociación Damas Pro Glorias Mendocinas.

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