Ofrezco un aporte a la nota en Los Andes de fecha 8/01/23 del escritor Martín Kohan y su libro “¿Hola? Un réquiem para el teléfono” y también del periodista Ernesto Martelli, de diario La Nación, con su escrito: “¿Chau teléfono? Una silenciosa despedida”, del 7/01/23.
Por supuesto, están hablando del teléfono como una especie en extinción, que ya merece ser mirado como una reliquia, pero ambos periodistas resaltan una mirada retrospectiva, la que comparto totalmente, sobre todo por lo que dejó este electrodoméstico, como las bromas telefónicas, las referencias literarias o populares, el 0303456 de Rafaela Carrá o el “¿Hola Susana?” Yo aporto uno más antiguo: “Hola...” Tenías que contestar ¡Olavina!”, que era la marca de un aceite de la época.
En toda esta evocación y recuerdos que nos dejó el teléfono, nuestra música popular no puede estar ausente. Hay un tango que resalta la utilidad de este aparato en tiempos pasados, más precisamente por 1941 y que se llama: “Charlemos”, letra y música de Luis Rubistein, cuyo comienzo dice: “¿Belgrano sesenta once? Quisiera hablar con Renée... ¿No vive allí?... No, no corte... ¿Podría hablar con usted? No cuelgue... La tarde es triste. Me siento sentimental. Renée ya sé que no existe...Charlemos... Usted es igual...”
Este tema fue un verdadero éxito con la orquesta de Carlos Di Sarli y la voz de Roberto Rufino.
Un último aporte: clasificados de nuestro querido diario de esos años: “Alquilo o vendo casa, ¡con línea telefónica!”
Javier “Pocho” Aciar. Socio fundador Ateneo del Tango Mendoza