Durante todo el verano podemos ver festivales y espectáculos artísticos en gran parte del país, pocos de ellos son realizados por la actividad privada, generalmente son supuestos espectáculos “gratis para el pueblo”, pero la mayoría del gasto que conlleva son soportados por el erario público con un costo muy alto para la situación económica que padecemos.
Para dar un ejemplo me remito a un artículo periodístico de ADNSUR de Chubut, que publicó hace unos días cuánto se les paga a los artistas por una hora de actuación: un rapero conocido como Wos acordó una presentación por 48.400.000 de pesos, en el ranking de los más caros le sigue la banda uruguaya “No te va a Gustar” con 31.460.000 pesos o el rapero Trueno con 25.410.000; esto es en la Fiesta Nacional de la Confluencia en Neuquén llevada a cabo desde el 14 al 19 de febrero, actuando además Abel Pintos, Babasónicos y Airbag y promocionado como espectáculo “gratuito”, según el diario Neuquén Post el total del gasto en la fiesta superó los 750 millones de pesos.
¿Es oportuno que en todo el país se realicen actos de esta naturaleza en tiempos de crisis económica tan grave como la actual?
Ello va en detrimento, por ejemplo, de la atención urgente que necesita la infraestructura vial que tenemos y que deja mucho que decir y pongo por ejemplos, el estado calamitoso de la ruta nacional 151 en el oeste pampeano o el de la ruta nacional 40, entre Bardas Blancas y Ranquil Norte al sur de Malargüe.
Si tenemos en cuenta que estamos en un año electoral donde se proyectan muchas fechas para elecciones de autoridades departamentales, provinciales y nacionales repartidas según el capricho de muchos candidatos, con el gasto en impresión de boletas, logística y tiempo que se podrían evitar y a ello le agregamos gastos millonarios en festivales como el mencionado, otra vez quedarán relegadas las inversiones que mejorarían nuestra calidad de vida, tan deteriorada.
¿Cuándo volverá la cordura y el sentido común a nuestra querida patria?