Así sucede con la figura de nuestro padre, Ernesto Leyser, descendiente de una familia alemana de cerveceros por tradición. Es nuestro propósito, motivadas por el reciente 100° aniversario de Cervecería Andes, vincular el trabajo de nuestro progenitor con la épica cervecera mendocina.
Ernesto nació en Baviera (Alemania), en 1892. Estudió y se graduó en la Academia de Agricultura y Cervecería de Weihenstephan, en 1914; ejerció la profesión en su ciudad natal y, durante la Primera Guerra Mundial, combatió en calidad de voluntario, durante tres años y medio, en los frentes de lucha. Participó en las famosas batallas de Ypres y Verdún.
Cuando concluye la acción en 1918, fue distinguido como oficial del ejército y, en virtud de su actuación en aquella conflagración recibió la condecoración de la Cruz de Hierro.
Transcurre el tiempo y, en 1921, es contratado en París por la compañía Bemberg, para trasladarse a la Argentina. Una vez en Buenos Aires, se desempeña en la Cervecería Quilmes y, también, en algunos establecimientos del litoral, hasta que, en 1938, es designado como director técnico de Maltería y Cervecería de los Andes, en nuestra provincia.
Se consagra, entonces, al progreso de esa industria y, en 1950, crea la cerveza llama “Especial”, en su nuevo envase.
En su trayectoria, se destaca, además de la fase profesional, por el esfuerzo y entusiasmo evidenciados en la realización de objetivos altruistas. Demostró siempre un gran sentido de la responsabilidad, a lo largo de muchos años de trabajo, hasta que se jubila en 1958.
Su vida, en 1961, queda trunca a raíz de un accidente inesperado.