Anoche soñé....

Anoche soñé....
Los jubilados cobrando sus haberes. Foto: Orlando Pelichotti/ Los Andes

Soñé que vivía en el país de los subsidiados, sí.

Los más subsidiados eran los viejos.

Vivían en casas sociales, propias, mientras tenían vida.

Pagando $50 por mes, que pagaban los políticos

Todos los remedios gratis.

La casa rodeada de árboles, jardines, plaza con juegos para los abuelos, cine, pileta y gimnasio.

El Anses llegaba cada mes a pagarles su ganado sueldo con un paramédico para controlar sus remedios, presión, diabetes, etc.

En un vehículo los llevaban a visitar a su familia.

Hacen excursiones al cañón del Atuel o a Potrerillos.

Los otros subsidiados eran los discapacitados y las mamás solteras (por un tiempo predeterminado).

El resto trabajaba era fantástico y próspero, grande, productivo. Mi país.

Los políticos vivían de su profesión. Los que trabajaban mucho, ganaban mucho.

Los juicios no tardaban veinte años.

Dónde un presidente jamás mentía, si se equivoca pide disculpas, si malversa de fondos, devuelve todo y se va a su casa.

No más autos oficiales ni 35 asesores.

De repente sentí una gran algarabía, redoblantes y cánticos y me desperté pensando en un sueño hecho realidad.

Noooo…, Argentina ganó un partido de fútbol. ¡Bravo Argentina, qué buenos son!

Lydia M. Francisconi. DNI 4.864.896

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