Desde hace tantos años tengo presente un vocabulario mendocino: acequia, emergencia hídrica, escasez de agua, nieve, deshielo, etc...
Todo ello para indicar que debemos cuidar algo tan vital como el agua.
Creo que para ello tiene que haber conciencia ciudadana, yo la tengo, para evitar su derroche.
El problema para mí es el horario que impone Aysam: “no manguera de 8 a 22”.
Mi casa tiene un bonito y pequeño jardín frontal. No se me ha ocurrido poner espinillos, cactus o una parra.
¿Cómo hace una persona de más de 70 años (que aún no recibe la segunda dosis) para exponerse a los 4 grados de las mañanas actuales o a la inseguridad después de las 22?
Pienso además que algún inconsciente puede dejar un “sapito” o el riego por aspersión horas y horas y nadie lo ve.
Pregunto: ¿En los lindos y cada vez más barrios privados dejan entrar la temida “moto fotógrafa” de Aguas Mendocinas? ¿Tienen medidor todos los que poseen hermosas piletas?
Para terminar y justificar mi molestia dejo constancia que Aguas Mendocinas o como se llamara en aquel entonces aprobó que mi casa no posea agua directa en ninguna canilla interior por lo cual además de las cuotas mensuales tengo un presupuesto para comprar agua en bidón y de esta manera no consumir la que viene de un tanque expuesto al sol y altas temperaturas.