Las conmemoraciones cumplen muchos propósitos: enlazan el presente con el pasado; nos recuerdan el pasado colectivo, las experiencias y valores que compartimos con nuestros antepasados y lo mucho que avanzó nuestra sociedad. En esta oportunidad quiero conmemorar: 40 años del retorno de la democracia, fecha que marca el punto de partida de nuestra vida institucional ininterrumpida, hecho inédito en la historia de nuestro país.
Desde fines del siglo XIX a los primeros 30 años del siglo XX, nada puso en duda la autoridad del Estado nacional, hasta que el 6 de setiembre de 1930 se produce el primer golpe de estado. Desde esa fecha el estado de derecho fue quebrantado reiteradas veces hasta 1983, momento clave donde la democracia renació del dolor, la impotencia y la desesperanza y puso en evidencia, que, siendo el sistema político más imperfecto, es más inmensamente perfectible que cualquier interrupción institucional.
Ojalá que en esta fecha revisemos el pasado, utilizando la memoria, instrumento y objeto que nos permite volver la vista hacia atrás y observar todo lo logrado hasta ahora, respecto a derechos, libertades, leyes y garantías para reflexionar cuanto hemos avanzado y mirar hacia el futuro para luchando y defendiendo la democracia, como forma de vida. Y que logremos entender e internalizar que es nuestra responsabilidad fortalecer las instituciones y consolidar una democracia fundada en los valores irrenunciables de la vida, la justicia, la memoria y la paz.
* La autora es licenciada y profesora en Historia. DNI 22.519.132