Recientemente, Hamish McKenzie publicó un artículo para PandoDaily.com que ha tenido un impacto bastante importante: "Web 2.0 Is Over, All Hail the Age of Mobile", anunciando el fin de la web 2.0 y saludando la edad de los móviles.
Este autor cita la adquisición que hizo Facebook de Instagram y señala que constituye la muerte simbólica de la Web 2.0 y el inicio de la "edad de los móviles".
Se trataría de un cambio de paradigma desde la web basada en buscadores hacia los "Smart phone", la web móvil y la tecnología centrada en aplicaciones.
Esto explicaría la compra de Instagram, dado el temor de Facebook que fue diseñado para una web distinta a la que se empieza a generar en la actualidad.
Las estadísticas de algunos países en diciembre del 2011, indicarían que los usuarios de los Smart phone, en promedio ocupan 72 minutos diarios en la búsqueda en la Web y 94 minutos diarios usando sus aplicaciones móviles. Esto sería lo que preocupa a Facebook, porque es territorio en el que no se han posicionado exitosamente.
Entonces, uno se puede preguntar si la adquisición de Instagram por Facebook, estaría significando que los buscadores de la web estarían llegando a término. ¿Estaríamos viendo un desplazamiento definitivo de las computadoras y laptops hacia los Smart phones y tablets?
Los Smart phones son bastante innovadores, el tema critico es la accesibilidad. No en el sentido de usabilidad ya que son bastante amigables, sino en términos de la cantidad de personas que puede acceder a ellos. Aún hay un número grande de personas que no tienen un Smart phone, ya sea porque no saben de ellos o no les interesa. Las estadísticas indicarían que estamos lejos aún de la "edad de los móviles". No obstante, las dinámicas comerciales y los avances tecnológicos no han dado siempre sorpresas sobre los precios de los dispositivos.
Las experiencias con los móviles son radicalmente diferentes de las experiencias con las computadoras tradicionales o con los laptops. El desplazamiento hacia los móviles no se debería a que serían los sucesores de la web 2.0, sino al hecho que las personas buscan los dispositivos que les permitan realizar las diferentes actividades que tradicionalmente ejecutan con las computadoras tradicionales, dadas las ventajas que ven en los móviles.
Entre ellas se puede mencionar la referencia a la navegación más intuitiva y placentera, superando al tradicional "browser", que es la forma primaria de acceso a los datos en Internet.
Se ha ido incrementando considerablemente la creación y contribución en línea que otros pueden ver, desde lo más íntimo, familiar hasta un público cada vez más numeroso. Y esto desde la simplicidad de compartir un "vínculo" (link) hasta "replicar", o "comentar" mensajes, fotos, videos, o crear un sitio web o blog.
Esto sería lo que habría detectado Facebook que fue construido para una era que está siendo desplazada, pues no dispone de una oferta fuerte asociada a las aplicaciones móviles.
Una de las características esenciales de los medios digitales es la interacción. Nos permiten ser activos, tomar decisiones, construir conexiones, expresarnos y ejercitar un nuevo nivel de control sobre nuestras experiencias a través de estos medios.
Si la web 1.0 fue sobre cómo las personas observaban o leían cosas (por ejemplo, los periódicos en línea), y la web 2.0 fue sobre las redes sociales, la web 3.0 es sobre como las personas suben contenidos y si se hará a través de videos (que es el medio más poderoso y atractivo que tenemos), se requerirán herramientas simples y de fácil manejo.
El modelo que ha guiado los análisis de la participación de las personas en la web, es la regla 1/9/90. Esto es, el 1% de la personas crea contenidos, el 9% interactúa con ellos, y el restante 90% corresponde a observadores pasivos. La hipótesis que se maneja hoy en día es que este modelo estaría variando, habiéndose incrementado bastante el 1% y el 9%. Lo cual lleva a los analistas a anunciar que el modelo no estaría dando cuenta de lo que ha empezado a ocurrir.
Esta situación no conduce a pensar la participación digital con un nuevo modelo caracterizado a través de los lentes de elección que usan las personas. Las decisiones tendrían más que ver con quienes somos, sobre cómo vivimos nuestras vidas, más que con lo que tenemos o nuestras habilidades digitales. Tiene que ver más con intereses, motivaciones que con destrezas.
Este modelo identifica cuatro formas claves de participación: pasiva, reacción fácil, iniciación fácil, y participación intensa.
El drama de nuestros países, preocupados de otras contingencias, simplemente significa que estos procesos no los estudiamos y deberemos vivirlos sin saber cómo ocurren. Lo que sí tenemos es la certeza que si ocurrirán, por ejemplo, como ocurrió la adopción de Facebook y Google.
Las nuevas generaciones cada día más se suman más a los nuevos dispositivos -nos guste o no-, esperemos que estén aprendiendo a ser parte del 1% creciente del modelo tradicional o de "participación intensa" del nuevo modelo, y no seamos solamente parte del 90%. Caso contrario, seguiremos a la saga de lo que significa crear, construir civilización, restándonos a hacer público para el orbe el capital simbólico intensa y extensivamente creado a pesar de las trabas que se colocan en el camino.
Esperemos, entonces, que los jóvenes no elijan el camino de "estar pasivamente felices", solamente reaccionando a lo que se publica en las redes, y decidan participar con sus creaciones, más allá de subir fotos personales, citas de textos que se consideran importantes (a menudo escasamente leídos), frases que invitarían a reflexionar (en general tomadas de diferentes autores o simplemente anónimas, (algunas bastante clichés).
Interesa conocer las relaciones que se establecen a través de la participación en las redes sociales y los dominios en los que se decide participar. Las evidencias indicarían que no necesariamente se busca la participación per se. No habría una evolución natural desde lo pasivo a lo activo y universalmente en todos los dominios de lo humano; algo inspira y otras cosas simplemente se omiten. Hoy se requiere un esfuerzo culturalmente creativo más allá del mero conectarse, si hay un desplazamiento de las relaciones presenciales a las virtuales (por algún motivo), es necesario hacerlas sustantivas, humanamente importantes y relevantes, más allá del dato o suceso circunstancial.
Las opiniones vertidas en este espacio, no necesariamente coinciden con la línea editorial de Diario Los Andes.