El presidente de Toshiba y otros siete altos funcionarios de la empresa dimitieron ayer por irregularidades contables, atribuidas a la búsqueda desesperada de beneficios que está deteriorando la reputación de una de las compañías japonesas más conocidas del mundo.
Hisao Tanaka y el vicepresidente Norio Sasaki, que también fue presidente de la compañía, están entre los cargos que dimitieron después de una investigación independiente, que descubrió irregularidades por valor de 151.800 millones de yenes, unos 1.200 millones de dólares.
Según las conclusiones del informe, encargado por Toshiba, los dirigentes inflaron “sistemáticamente” los beneficios durante varios años, en lo que se ha convertido en uno de los escándalos empresariales más importantes en Japón de los últimos años.
“Ha habido una contabilidad inapropiada durante mucho tiempo y pedimos sinceras disculpas por este problema a nuestros accionistas”, dijo Toshiba en un comunicado.
En una multitudinaria rueda de prensa, el hasta ahora presidente Hisao Tanaka, de 64 años, también expresó sus “sinceras disculpas” e hizo una reverencia en signo de arrepentimiento.
“Este es el peor daño que ha sufrido nuestra marca en sus 140 años de historia”, dijo Tanaka, aunque negó haber ordenado la manipulación de las cuentas.
También dimitió el vicepresidente Norio Sasaki, de 66 años, presidente entre junio de 2009 y junio de 2013, el período en el que más se hincharon los beneficios
El presidente del consejo de administración, Masashi Muromachi, tomará la presidencia temporalmente hasta la próxima asamblea de accionistas.
El escándalo llega menos de dos meses después de que Japón adoptara una esperada ley para mejorar la gobernanza empresarial y aumentar su transparencia.
Credibilidad
El caso es similar al de tres dirigentes de Olympus, un fabricante de cámaras fotográficas y material médico, que en 2013 fueron condenados a penas de prisión condicional por un fraude contable de 1.700 millones de dólares.
El escándalo de Toshiba salió a la luz cuando varias instancias de control detectaron a principios de año problemas en el balance de la compañía.
La investigación independiente, presidida por un exfiscal de Tokio, describe una cultura empresarial en la que los mandos inferiores no podían poner en duda a sus superiores que querían aumentar a toda costa los beneficios.
“La contabilidad inapropiada fue llevada a cabo sistemáticamente como resultado de decisiones de gestión que traicionaron la confianza de muchos accionistas”, afirma el informe.