Las organizaciones de defensa de los medios en Estados Unidos expresaron su preocupación ayer por los riesgos para la libertad de prensa, luego de que la justicia requisara la correspondencia de una periodista, en el marco de una investigación sobre filtraciones de información sensible.
El departamento de Justicia anunció en la noche del jueves el procesamiento de James Wolfe, ex miembro del Comité de inteligencia del Senado, de 57 años, acusado de haber mentido a los investigadores sobre sus contactos con tres periodistas.
Para la investigación, la justicia requisó correspondencia proveniente de dos cuentas de correo electrónico y del teléfono móvil de la periodista del New York Times Ali Watkins, señala el cotidiano. Watkins tenía una relación amorosa con Wolfe desde hacía tres años, hecho que él había negado a los investigadores del FBI en 2017.
La directora del Comité para la Protección de Periodistas, Alexandra Ellerbeck, consideró la medida contra Watkins "un peligroso precedente", porque los periodistas deben poder proteger la confidencialidad de sus fuentes.
“Tememos que esta acción sea un punto de inflexión en la actual batalla por la capacidad de los periodistas de proteger a sus fuentes”, indicó Ellerbeck en un comunicado.
El Freedom Forum Institute, una organización defensora de los derechos de la prensa, estimó en Twitter que la requisa de documentos es "una violación de las libertades establecidas en la primera enmienda" de la Constitución.
Este caso provoca preocupaciones sobre las amenazas a la libertad de prensa y la protección de las fuentes, y al mismo tiempo plantea un problema de ética sobre las relaciones entre un periodista y una fuente. Surge también cuando el presidente Donald Trump advierte que miembros de su equipo realizan filtraciones a la prensa, tratándolos de "traidores".
“La libertad de prensa es el fundamento de la democracia; las comunicaciones entre los periodistas y sus fuentes deben ser protegidas”, subrayó la portavoz de The New York Times. Eileen Murphy.