La policía brasileña pidió hoy la prisión preventiva del teniente Davi dos Santos Ribeiro, a quien señalan como el responsable de dispararle a la turista española que murió ayer mientras visitaba Rocinha, la mayor y una de las más peligrosas favelas de Río de Janeiro.
Dos Santos Ribeiro, de 30 años, prestó declaración durante diez horas en la División de Homicidios de Río de Janeiro por ser el autor del disparo que causó la muerte de la española María Esperanza Ruiz Jiménez, de 67 años y natural del Puerto de Santa María (Cádiz).
Ayer se conoció que la turista europea cayó muerta durante un operativo policial, en el que dos efectivos también resultaron heridos y que ocurrió en el marco del despliegue de fuerzas federales a raíz de una ola de violencia provocada por la disputa entre bandas de narcotraficantes que sacude la favela desde mediados de septiembre.
En las declaraciones judiciales tomadas esta madrugada a los efectivos que participaron del operativo, los policías señalaron que el vehículo en el que viajaban los turistas españoles se saltó un control policial en el Largo do Boiadeiro, una bulliciosa zona comercial de la parte baja de la Rocinha, y por eso, justificaron, dispararon contra él.
Además de Dos Santos Ribero, también declaró ante las autoridades un soldado que se encontraba junto a él en el momento en que el disparo alcanzó el vehículo en que circulaban la española, su hermano y su cuñada junto a una guía turística.
El soldado que acompañaba a Dos Santos Ribeiro disparó al aire, no se solicitó para él prisión y sólo responderá por el delito de disparo de arma de fuego.
De acuerdo con el diario O Globo, una ley sancionada por la ex presidenta Dilma Rousseff en 2014 prohíbe que se dispare contra un vehículo que no respete un bloqueo policial en vía pública, excepto en situación de "riesgo de muerte o lesión", lo que inicialmente indica que los agentes no respetaron el código.
Los españoles llegaron a la favela después de haber contratado un paquete turístico, pero aseguraron ante las autoridades que no fueron alertados por la empresa sobre los riegos del paseo.
La favela de la Rocinha, que tiene unos 60.000 habitantes, vive desde hace semanas enfrentamientos entre bandas rivales del tráfico de drogas, que el gobierno fluminense intenta sofocar con un aumento de la presencia policial.
La titular de la Comisaría Especial de Atención al Turismo (Deat) de Río de Janeiro, Valéria Aragão, aseguró que los turistas españoles sabían que se trataba de una favela, pero desconocían que era una región conflictiva.
"Ellos entendían que sería un territorio tranquilo para pasear. Vieron a la policía circulando y por eso se sintieron más seguros, pero, en verdad, era exactamente lo contrario", dijo.