Sergio narraba, como todos los días, noticias deportivas, cuando agentes de inteligencia irrumpieron con armas largas en la radio donde trabaja, un caso que la prensa vincula a una ofensiva contra la libertad de expresión en Venezuela. Televisoras y radios sacadas del aire y diarios ahogados por falta de papel: 51 medios de comunicación han dejado de operar sólo en 2017 en el país, según la ONG Espacio Público. El listado incluye 46 radios, 3 canales de televisión y 2 diarios.
Para el secretario general del Sindicato Nacional de Trabajadores de la Prensa (SNTP), Marco Ruiz, esto refleja “una política sistemática de acorralamiento y asfixia de espacios para el ejercicio de la expresión libre, la crítica y la disidencia”.
El Colegio Nacional de Periodistas (CNP) denuncia, por su parte, una “escalada” de ataques. “El operador estaba pálido. No sabíamos qué pasaba”, comentó Sergio Musella, coordinador de producción de la emisora deportiva del circuito FM Center, sobre el allanamiento a finales de agosto en Caracas.
Los agentes buscaban grabaciones de entrevistas de la periodista Caterina Valentino a manifestantes, en otra de las emisoras del grupo, durante las protestas contra el presidente Nicolás Maduro que dejaron unos 125 muertos entre abril y julio. Las estaciones de FM Center siguieron funcionando, pero no todos pueden decir lo mismo.
La Relatoría para la Libertad de Expresión de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos hizo “un llamado urgente” a restablecer transmisiones de televisoras y radios “retiradas del aire”, medidas que calificó como un “castigo” por “una línea editorial crítica”.
La violencia también está presente: decenas de periodistas fueron agredidos durante las manifestaciones antigubernamentales, mientras desconocidos lanzaron un explosivo contra el diario Versión Final en Maracaibo (noroeste), el 29 de agosto, destruyendo 4 automóviles.
Maduro y altos funcionarios se declaran víctimas de “una campaña de desprestigio” en medios nacionales y extranjeros e, incluso, de “propaganda de guerra”.
Una emisora en Maracaibo cesó transmisiones temporalmente la semana pasada por orden de una funcionaria de la Comisión Nacional de Telecomunicaciones (Conatel) aunque el gobierno se deslindó de la medida.
Otras dos estaciones de Fe y Alegría suspendieron operaciones este año por problemas de concesión, en Margarita (norte) y San Cristóbal (oeste).
La falta de papel es otro lastre para la prensa. Última Hora, con 40 años de historia, dejó de circular el 30 de agosto por ese motivo.
Según Espacio Público, una decena de diarios corrieron la misma suerte desde 2013 en Venezuela, donde una corporación gubernamental monopoliza la importación del papel periódico.
También en agosto, las televisoras colombianas Caracol TV y RCN fueron sacadas de la parrilla de programación de las cableoperadoras por orden de CONATEL, como sucedió en febrero con la de CNN en Español.
Espacio Público contabiliza 148 medios de comunicación cerrados desde que el gobierno del fallecido Hugo Chávez (1999-2013) se negó a renovar la concesión de RCTV, emblemática televisora, que salió del aire en mayo de 2007.