Justo en la ciudad Feliz, el Tomba mostró su peor cara. El rostro de un presente triste, decepcionante, sin rumbo. Parece mentira, pero Godoy Cruz ya se acostumbró a perder. Y no sólo eso, ahora (como anoche ante Aldosivi) sus jugadores terminan perdiendo la cabeza y perjudican al equipo de cara al futuro.
Figurita repetida. La historia de hace una semana frente al Rojo volvió a acontecer. Una vez más, Godoy Cruz entró perdiendo casi desde los vestuarios. Hace una semana, quien pasó por caja al minuto de juego fue Claudio Riaño. En la fresca noche marplatense, el que sacó provecho de la desconcentración del Expreso fue Pablo Lugüercio. En consecuencia, antes de los cinco minutos de juego, el Tomba ya había sacado del medio.
La marca en zona no fue el mejor remedio para el cabezazo bombeado del ex delantero de Racing, quien le ganó en lo alto a Emma García y sorprendió a Sebastián Moyano.
Así, dando esas tremendas ventajas, a un equipo que no le sobra absolutamente nada como Godoy Cruz, todo se hace cuesta arriba, tanto como remar en un mar de dulce de leche. Porque Aldosivi, un adversario con futbolistas de mayor oficio que los jóvenes del Expreso, descansó en la tranquilidad de saberse arriba en el marcador y en un plan de juego que tenía como objetivo anular la salida por los costados del Expreso, sobre todo vía Lucas Ceballos e Iván Bella.
Entonces, el equipo del Gato Oldrá dejaba al desnudo su espasmódica falta de variantes para generar juego, situación que obligaba a Ayoví a retroceder demasiado para tener contacto con la pelota y perder la referencia de área.
Para colmo de males, en una jugada aislada en la mitad de la cancha, de esas que no modifican la ecuación, Emma García levantó el codo de más contra Alejandro Capurro y Pablo Díaz le mostró la roja al de Villa Nueva. Más malas noticias aún para el Expreso. Sin embargo, pese al hombre de menos, Godoy Cruz creció. El capitán Zuqui pasó al centro del campo, Juanfi Garro bajó a la posición de volante por derecha y La Yoya Ayoví intentó tomar los hilos de la conducción.
Con ese diseño, el equipo inquietó más con diez que con once.
El complemento comenzó con un trámite similar al final del primer tiempo. Si bien Aldosivi ya no era aquél equipo timorato y poco decidido, el ingreso del inquieto Kevin Mercado ofreció una luz de esperanza.
Pero la llama se apagó definitivamente cuando Viera quiso salir jugando, la perdió y Lagos buscó al picante Roger Martínez, Alvacete cabeceó para atrás, el colombiano le ganó en la carrera y se la picó a Moyano para el 2-0 (pese al esfuerzo estéril de Alvacete por querer sacarla después que pegó en el palo).
Pero más allá del resultado -lo que es peor aún- es la pobre imagen que terminó dejando Godoy Cruz. Sin alma, sin fútbol y con la cabeza totalmente perdida. Porque Galeano revoleó el brazo y también vio la roja.
Quizá por primera vez en mucho tiempo, el Tomba vive un momento de tristeza e incertidumbre de cara al futuro. ¿Logrará salir de este pozo?