“Por favor, sólo quiero que nos devuelvan las cosas nuestras. Nos faltan remeras, pantalones y a un compañero mil pesos. Nosotros no vivimos del fútbol. Somos laburantes como todos ustedes. Si aparecen las cosas, no vamos a la comisaría. No quiero hacer la denuncia. Por favor, que aparezcan nuestras pertenencias”, con estas palabras del árbitro Néstor Ontiveros, la terna arbitral se retiraba del estadio de Huracán Las Heras y se trasladaba a la Oficina Fiscal Nº 6 de Las Heras a realizar la denuncia correspondiente.
¿Qué pasó? El partido terminó con una jugada muy polémica. Claro penal a favor de Pilares que el juez no cobró. Obviamente, llegaron un sin fin de protestas. Hasta un empujón recibió el árbitro principal. De inmediato y a los 52’ del ST el árbitro terminó el encuentro.
Cuando los jugadores de Pilares abandonaron el campo, en la zona de vestuarios, rompieron la puerta del camarín de la terna arbitral y sacaron sus bolsos.
Actuó la Policía y aparecieron los bolsos y todas las cosas de su interior tiradas en el piso. La Policía requisó a ambos planteles antes de abandonar el estadio. Un papelón por donde se lo mire o analice. El juez de línea, Patricio Martínez, denunció la sustracción de mil pesos. Inexplicable.