Es tiempo de recambio - Por José Luis Toso

Es tiempo de recambio - Por José Luis Toso
Es tiempo de recambio - Por José Luis Toso

El peronismo dispuso dar vuelta la página del capítulo cornejista en el ámbito legislativo. La decisión de los senadores del PJ de no tratar la modificación de la legislación minera puso en suspenso una de las definiciones más fuertes que esperan los mendocinos de sus cuadros dirigenciales, tanto políticos como empresariales.

Las voces desde las bancas del Frente de Todos provincial fueron terminantes. “Queremos que (el gobernador electo) Suárez nos explique con detalles el plan de minería en su gestión”, decía el martes Adolfo Bermejo para sintetizar la postura de no tratar sin mayores discusiones la reforma a la ley 7.722, pese a la presencia dentro y fuera de la Legislatura de empresarios y ambientalistas, de intereses tan antagónicos.

Pero a esa versión legisladores y allegados al oficialismo local le sumaron una interpretación que para muchos también tiene asidero y que explicaría por qué el principal sector de la oposición le puso candado a los debates comprometidos en lo que resta de la transición. Se sabe que la relación entre el gobernador Cornejo y el peronismo, o parte de él, no fue fluida durante estos cuatro años. El titular del Ejecutivo más de una vez se quejó de falta de liderazgo, o de interlocutores válidos, en especial al hacer referencia a los intendentes del PJ, según él con muy poca predisposición para incidir en algunas decisiones de los legisladores con los que tienen alineamiento cuando se buscaba consensuar  proyectos de interés para el Gobierno.

En cambio, hay quienes desde la oposición dejan trascender que las cosas cambiarán a partir del 9 de diciembre, cuando asuma el nuevo gobernador. Como ya se ha indicado, sí le exigirán definir qué tipo de propuestas oficializa Suárez con el tema minero. Pero todos se toman de su promesa de insistir con la búsqueda de diálogo para acordar esa y otras leyes. En ese marco dan por descontado un avance más o menos práctico del paquete presupuestario, que la nueva administración deberá tener sancionado para comenzar sin sobresaltos 2020.

El no descartado respaldo que el Frente de Todos le puede dar a la parte inicial de la gestión de Suárez podría favorecer a éste para ganar protagonismo y crear lentamente su propio espacio político, independientemente de la continuidad de piezas clave del andamiaje gubernamental de Cornejo, que de algún modo le dan a éste una suerte de potestad para mantener una respetuosa tutela, por lo menos en los tiempos iniciales de la gestión que se inicia en pocos días.

Y a propósito de Cornejo. Mientras la transición con Suárez va finalizando y con el telón legislativo cerrado, el todavía gobernador mendocino va transitando simultáneamente la arena parlamentaria nacional con los tropiezos lógicos que genera en los primeros tiempos esa especie de jungla política.

Si bien Cornejo ya ha estado en una banca nacional y ha sabido, y mucho, de negociaciones para tejer alianzas, el alejarse durante varios años de ese terreno trae sus consecuencias. Otros escenarios, otros interlocutores a buscar, otras expectativas.

Habiendo quedado prácticamente caída su pretendida conducción del bloque radical, que seguiría en manos del cordobés Mario Negri, Cornejo apostaría, ahora sí, a mantenerse al frente del Comité Nacional del radicalismo y podría entrar en alguna negociación de puestos legislativos clave, para él o para quienes lo siguen. En ese sentido se lo comienza a mencionar como destinatario de la principal vicepresidencia de la Cámara de Diputados, un cargo no menor desde el punto de vista protocolar, con algunas limitaciones a la hora de pensar en acciones políticas, pero que le serviría de complemento en el caso de seguir al frente del partido.

Llega para Cornejo el tiempo de adaptar su estilo de hacer política a las exigencias de la “liga” nacional. Sus indudables dotes de constructor de proyectos de poder, como el que fue gestando en Mendoza desde su paso por la comuna de Godoy Cruz, deberá complementarse con una capacidad de negociación que también tiene, pero que las circunstancias no hicieron que tuviese que utilizar mucho en la provincia en estos últimos cuatro años.

Con respecto al Frente de Todos, hay una clara señal a favor de la unificación que llega desde el ámbito nacional. En el Congreso, los senadores del peronismo (los K y los de los gobernadores) cerrarían un acuerdo para que no haya dos bloques. Es lo que pretende Cristina Kirchner. Una señal directa al justicialismo de todo el país.

En Mendoza ya hubo un avance en tal sentido en el Senado. El camporista Lucas Ilardo asumió y ya es el jefe del principal sector de la oposición, mientras que el referente del sector más ortodoxo del PJ, Adolfo Bermejo, fue llevado a un lugar más institucional, una de las vicepresidencias de la Cámara alta. En Diputados se dio una estrategia similar, pero en este caso el bloque quedó en manos del sector de los Félix.

Mientras tanto, Anabel Fernández Sagasti sigue siendo, cada vez con más proyección, la clara referente del peronismo mendocino.

La senadora nacional está a un paso de conseguir un cargo de preponderancia en el Congreso. Tanto la conducción del bloque como la presidencia provisional del Senado son trampolines notables para la joven dirigente. Todo conduce a que paso a paso vaya construyendo una estructura partidaria propia que mucho le puede ayudar en los años venideros, tanto para potenciar su posicionamiento en nuestra provincia como para comenzar a tener preponderancia en el plano nacional.

De las negociaciones que encare Fernández Sagasti podrán surgir nombres definitivos para ocupar los cargos nacionales que más trascienden en Mendoza, como también de ella puede depender mucho qué mendocinos tendrán participación en el gobierno de Alberto Fernández. Dicen que esa presencia de comprovincianos en Buenos Aires es una de las intenciones de la legisladora. Algún lugar en la conducción del Banco de la Nación o en organismos del Estado sería un buen logro en tal sentido.

En lo que se refiere a los lugares nacionales disponibles en nuestra provincia, las versiones indican que los hay de fuerte disputa entre sectores interesados. Uno es la presidencia del INV, para la que siempre existen propuestas provenientes de dirigentes vitivinícolas, cooperativas y otras entidades de la producción. Y la Embajada argentina en Chile, que deja José Octavio Bordón, en la que generalmente se designa a un mendocino, ahora tendría el condimento especial del interés surgido en el peronismo sanjuanino para tener presencia allí. Surge el nombre de José Luis Gioja.

Por supuesto, el radicalismo mendocino sabe muy bien que el peronismo tiene esa clara ventaja para disponer de los cargos que en la provincia deja la administración macrista el 10 de diciembre. Aunque siempre hay expectativas; en aquellos departamentos en los que los intendentes son de Cambia Mendoza podría haber planteos para que algunas delegaciones o representaciones de organismos nacionales puedan estar bajo la conducción de allegados a la coalición gobernante aquí. En muchos casos se escucha la opinión o “sugerencia” del jefe político departamental de turno.

Pero todo podrá ser discutible y dependerá de la sintonía existente al momento de las designaciones entre el Ejecutivo provincial y el justicialismo.

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