En su primera salida fuera del país en su carácter de gobernador, Alfredo Cornejo participó días pasados, en Georgia -un país que integró en su momento la ex Unión Soviética- de la Primera Conferencia Mundial de Enoturismo.
Para Mendoza se trata de un hecho importante, en razón de que sirve para posicionar a la industria local dentro del marco del turismo vitivinícola a nivel internacional, a la vez que permite abrir la puerta con miras a un futuro mediato, ya que la Segunda Conferencia tendrá por sede a nuestra provincia, en noviembre de 2017.
Francia fue pionera en impulsar el turismo vitivinícola. Aprovechando el prestigio de sus vinos a nivel internacional, le adosó el turismo para ampliar los ingresos. Lo hizo a través de un trabajo coordinado entre la actividad pública y la privada. Hay zonas, como Burdeos, por señalar sólo una, donde se “respira” vino desde el mismo momento de la llegada; tanto la estación terminal de aviones, como las de trenes o colectivos se encuentran rodeadas de pequeños viñedos ubicados en los espacios verdes.
Los hoteles, incluyendo los de cinco estrellas, cuentan con parrales en sus terrazas para que los visitantes puedan degustar vinos o tomar té o café, mientras las panaderías elaboran panes con formatos que asemejan a racimos de uva. En las bodegas también se desarrolla una importante actividad, ofreciendo un amplio merchandising a los visitantes. Gran parte del ingreso de Francia en turismo -se estima que duplica su población anual en ese concepto- corresponde a la actividad vitivinícola.
España, Estados Unidos e inclusive Brasil tomaron el ejemplo de lo que sucede en Francia, y la Argentina -Mendoza en particular- tuvo su despertar en las últimas dos décadas. Luego de haber posicionado a los vinos a nivel internacional, tomando al malbec como emblema entre los tintos y al torrontés como novedad entre los blancos, los bodegueros locales manejaron dos vertientes: por un lado, continuar trabajando en la calidad de los caldos, que son los que abren las puertas del mundo, y por el otro mejorar las instalaciones de las bodegas para recibir a los visitantes.
La inversión en este rubro ha sido importante a nivel individual, pero paralelamente se han desarrollado actividades de conjunto que dieron excelentes resultados, como el Rally de las Bodegas, la Música Clásica por los Caminos del Vino, las denominadas bodegas abiertas, a la vez que gran parte de los establecimientos han incorporado restaurantes que incluyen la visita a las bodegas y la degustación de los vinos.
Paralelamente, y en conjunto con la actividad oficial, la Provincia logró ubicarse entre las denominadas Capitales Mundiales del Vino. En ese esquema, no resulta casual el hecho de que el sólo transitar al mediodía por la peatonal Sarmiento permite escuchar la gran variedad de idiomas que se hablan entre los comensales, lo que da un fiel reflejo del interés despertado a nivel internacional por el turismo local.
El vino abre las puertas y el turismo en su conjunto debe aprovechar la situación. Podríamos tomar como ejemplo lo sucedido en el Valle de Uco, donde todo comenzó con la apertura del denominado Camino del Vino y la gran actividad gastronómica y de artesanías que se ha desarrollado a lo largo del mismo.
Es mucho lo que se ha hecho, pero también es bastante lo que queda por hacer. Lo importante es que tanto a nivel oficial como privado se ha advertido la importancia del enoturismo, y la participación del Gobernador en la máxima reunión realizada en Georgia constituye un paso interesante en la consolidación de los objetivos trazados.