“Brita” enseña a sus cachorros a hallar drogas

Se trata de una labradora de la División de Lucha contra el Narcotráfico de la Policía de Mendoza. Hace poco dio a luz a 11 perritos, que entrena para la misma misión.

“Brita” enseña a sus cachorros a hallar drogas

Brita es una de las perras con las que cuenta la división de Lucha Contra el Narcotráfico que tiene la policía local. No es mendocina; nació hace casi cuatro años -en diciembre es su cumpleaños- en un criadero de labradores en Chile.

Llegó a Mendoza junto con sus dos hermanos varones y cinco instructores que se prepararon para poder convivir con ellos. Hace poco fue madre de 11 cachorros y es experta en encontrar drogas.

La morocha Brita es una perra récord: desde que cruzó la Cordillera se convirtió en una especialista en encontrar estupefacientes: “La cocaína es lo que más detecta”, dicen sus criadores, un grupo de policías de la división que tiene a cargo el cuidado de los perros, que está liderada por el oficial principal Ángel Méndez.

“Una vez olfateó en un control rutero en San Rafael dos frascos con agua que el conductor de un auto llevaba en el baúl. El hombre nos dijo que era agua bendita pero ella seguía olfateando y marcaba ese lugar”, contó un efectivo que dijo que ante tal situación se sentían muy desconcertados porque Brita marcaba insistentemente las botellas con agua que el propietario, insistía, lo único de particular que tenía era que estaba bendita.

Ante tal situación, uno de los policías decidió que lo mejor sería hacer un control al líquido para descartar cualquier tipo de irregularidad.

Resultó entonces que Brita tenía razón: el agua no estaba bendita sino que tenía cocaína líquida. El olfato de la labradora dejó preso al conductor y sorprendió a los efectivos que participaron del operativo.

Parto numeroso

En 2015, a Brita le buscaron un novio y después de estar unas horas en la casa del macho, quedó preñada. A fin de año, otra vez la perra sorprendió a sus cuidadores.

Si bien en un principio se pensó que iba a parir seis cachorros (según lo que se podía ver por las ecografías que le hacían) todos se quedaron boquiabiertos cuando nacieron 11 labradores puros, 6 hembras y 5 machos de color negro y dorado.

“Cuando se acercaba la fecha del parto, nos quedábamos con ella en el canil para controlarla y poder ayudar ante cualquier eventualidad”, explicaron los policías.

La madre también recibía la visita diaria del veterinario policial que se encargó de todos sus controles.  “Es muy buena madre”, la califican.

Sus hijos heredarán la carrera de su ella y de sus tíos: hoy se entrenan para salir a buscar drogas y ya están casi listos para salir a patrullar.

El entrenamiento, un juego

“Tenemos labradores porque son más sociables. Tienen más llegada a la gente”, explica el principal.

La idea de los jefes de narco es que los 11 canes, una vez que estén preparados, sean divididos en las distintas jurisdicciones de la provincia: que algunos vayan al Sur, otros al Valle de Uco y a la zona Este. Y que otros queden en el Gran Mendoza.

Los cachorros son entrenados con “pseudos”, unos paños a los que se impregna con una sustancia en polvo (las provee la AFIP) que tiene el olor de diferentes drogas.

Las prácticas se hacen mediante juegos: el entrenador le muestra el objeto al perro, lo esconde y le dice “busca”. Una vez que el animal lo encuentra, puede jugar un rato con el pseudo, como premio.

O sea, para ellos buscar drogas es casi una recreación. Parece fácil pero los perros responden sólo a las voces de sus entrenadores con los que tienen que tener una excelente relación para que “el equipo” funcione.

Los animales entrenan todos los días y son visitados por el médico una vez por semana. Además siguen  una estricta dieta balanceada y hacen ejercicios como trote y caminatas.

“Las hembras son más hiperactivas. Les cuesta concentrarse pero son más trabajadoras”, destacaron los cuidadores.

También se trabaja a través de la frustración del perro: muchas veces cuando el animal pasa horas sin encontrar drogas, se le da un pseudo para que no sienta que su “trabajo” ha sido vano.

Los 11 hermanos tienen nombres de dioses del Olimpo: es que en 2014 se intentó que Brita quedara preñada pero no se logró por lo que esta primera camada fue toda una sorpresa para la gente de narco por lo que eligieron nombres que marcaran el carácter de los perros, que los “fortalecieran”, dicen los policías.

Todos los nombres empiezan con “A” ya que los efectivos esperan que se agrande la familia aunque para lo que también deberían adecuarse la cantidad de “cuchas” para recibir a más cachorros.

Una mamá trabajadora

En 2014, Brita  encontró cincuenta y cinco kilos de marihuana que iban en el doble techo de un vehículo utilitario que tenía como destino final Chile. Fue en un allanamiento hecho en  dos casas contiguas, ubicadas en Godoy Cruz.

Durante otro operativo hecho durante ese año olfateó marihuana y dosis de LSD que iban en autos y en colectivos de larga distancia, durante un procedimiento hecho en el Arco del Desaguadero.

Este año fue la estrella del hallazgo más importante de marihuana: detectó casi 800 kilos que estaban camuflados en un camión que traía leña desde Formosa.

Como los precintos del rodado no se podían romper hasta no estar absolutamente seguros de que había algo sospechoso, el olfato de Brita (más algunos elementos tecnológicos) dieron las certezas que se necesitaba. Finalmente el camión fue abierto y se encontraron 1013 paquetes de marihuana.

Conforme avanza la destreza de los narcos para tratar de pasar traficar drogas, avanza el entrenamiento de los perros.

“A veces tratan de camuflarlos en paquetes de café o grasa para despistar a los perros. Entonces nosotros trabajamos con los animales para que ellos puedan detectar la droga incluso si resalta un aroma que ellos desconocen”.

“Siempre hay que estar atentos a los cambios de actitud de los perros. Porque son muy tranquilos pero cuando olfatean algo hay que hacerles caso”.

Los perros policías por lo general se mantienen en actividad hasta los 10 años aproximadamente. Una vez que se jubilan siguen viviendo en las instalaciones de la división a la que pertenecieron o hasta pueden irse a la casa de sus guías.

“No se puede entregar a cualquier persona al perro”, agregaron. “Lo idea es que tenga un solo guía”, cerraron.

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