Explosión e irreverencia en el cuarteto ofensivo, sapiencia en los volantes centrales, marcadores centrales altos pero que no ofrecen garantías por abajo (especialmente Djourou) y ambos laterales se suman con asiduidad al ataque son los rasgos generales de esta Suiza que será el próximo obstáculo del equipo de Sabella. Lo más peligroso de los helvéticos está en el banco de suplentes: el entrenador alemán Ottmar Hitzfeld.
Multicampeón con el Bayern Munich y extremadamente hábil desde lo táctico, ya tiene en mente la pócima anti-Argentina. Astuto también a la hora de declarar, ya disparó: “Argentina es el favorito”. El alemán seguramente ya sabe cómo hacer daño a los Sabella-boys. No negociará el 4-2-3-1 que le saca lustre a Shaqiri, su “perlita”, de gran potencia y velocidad.
Completa esa línea de tres mediapuntas Xhaka (lungo de gran pegada con su zurda) y Mehmedi, con poco gol pero con buen juego aéreo (por esa vía le convirtió a Ecuador). El referente de área es Drmic, que juega bien de espaldas al arco. Ninguno de los atacantes supera los 23 años.
Lo más flojo lo tiene Suiza de mitad hacia atrás y lo padeció ante Francia. Los centrales son lentos y los laterales (Lichsteiner y Rodríguez) son importantes en ofensiva pero no tanto a la hora de defender. Behrami-Inler es la dupla de volantes centrales, ambos de gran entrega y claros para dar el primer pase ofensivo.