Es la hora de ser un equipo

El trabajo mancomunado entre deportistas y dirigentes, la sumatoria de sus esfuerzos es un nuevo escenario

Es la hora de ser un equipo

Maxi Salgado - Editor de Más Deportes msalgado@losandes.com.ar

Sin Del Potro, sin los Nalbandian, sin los Coria o los Vilas, así se encuentra hoy el tenis argentino y, más allá de que eso parece ser una debilidad, el equipo de Copa Davis viene de clasificarse a las semifinales tras vencer a la poderosa Serbia.

Por contrapartida, todos los argentinos todavía sufrimos la dura derrota de la Selección nacional de fútbol frente a Chile, la que alargó la sequía de títulos a más de 22 años. Pero cómo, si tenemos a Messi que lleva miles de goles en Europa y a Mascherano que se lleva sólo el mundo por delante y a Tévez y a Agüero y...

La diferencia entre uno y otro radica en el trabajo en equipo. Cuando los integrantes de un grupo entienden que el trabajo en equipo no constituye la suma de producciones individuales, sino la interacción permanente de sus integrantes.

Es importante saber que no se trata de manifestar las habilidades en forma individual, sino en función del equipo, para generar un efecto permanente de complemento.

Esto venimos viendo durante estas dos semanas en los Juegos Panamericanos que finalizarán hoy en Toronto. Hacerse fuerte desde la debilidad suele ser más importante que sumar talentos que sólo piensan en destacarse personalmente.

En el deporte, como también en algunas manifestaciones culturales, esa necesidad de un trabajo mancomunado, no sólo involucra a los protagonistas.

También es necesario que haya una comunión con los que conducen al grupo. Y no hablamos sólo de los técnicos, quienes son los líderes naturales del grupo. Si ellos no saben interpretar los que sus dirigidos necesitan. Seguramente se debe buscar al más apto para cada puesto; sin embargo, esto no garantiza la constitución de un equipo de trabajo ganador.

Por lo general, estos líderes tienen la capacidad de lograr que cada jugador alcance su mejor rendimiento y se complemente con sus pares. Fundamental.

Acá también hay que incluir a los dirigentes que muchas veces son los que tiran para atrás cualquier empresa. Ellos deben estar a la altura de los acontecimientos y acompañar.

Así lo entendieron a nivel nacional cuando crearon el Enard (Ente Nacional de Rendimiento Deportivo) y le dieron entonces un marco legal a la recaudación de fondos para ayudar a los deportistas, especialmente a aquellos que no salen en la televisión todos los fines de semana y necesitan dedicarse a la práctica todos los días.

Es importante poder contar con personas que salgan de sus despachos, acompañen al equipo, lo defiendan, fomenten sentimientos de pertenencia, y les enseñen que no hay un jugador estrella, sino un equipo que hace goles en beneficio de todos.

En cada éxito, hay mucha gente involucrada, lo demuestran los deportistas nacionales que se han colgado alguna medalla en estas dos semanas. Cada vez que enfrentan un micrófono, le dedican su éxito a un sinfín de personas, que no son otras que las que los acompañan en su sueño.

Es muy común escuchar hablar de las cuatro patas de la mesa y en Argentina la que está renga es la de los hinchas, que no somos otra cosa que usted y yo.

Mientras creamos que ser exitoso es conquistar una medalla y olvidemos que atrás de cada ilusión hay un trabajo de equipo que llevo a ese atleta a competir, estaremos camino a un fracaso generalizado; ya no sólo en lo deportivo, sino también como sociedad. Y eso es mucho más grave que colgarse en el pecho un oro, una plata o un bronce.

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