Esta Lepra es así. Sale afuera de su casa y deja muchos interrogantes, pero después en su hogar como ayer, deja poco por reprochar. Sigue ahí arriba, en la zona caliente de la tabla y esto es lo que realmente le importa al hincha que ayer se fue con una sonrisa de oreja a oreja tras el buen desempeño del equipo de Garnero, sobre todo en la segunda parte.
Le costó a la Lepra encontrarle la vuelta en los primeros 45 minutos. Brown de Puerto Madryn salió a buscar el arco de Gaspar Servio y por eso el equipo de Garnero estuvo algo contenido en ataque.
Compacto en defensa y atacando con mucha gente, fue la clave de los dirigidos por Garnero. Es que cuando atacó, del 4-4-2 pasaba a formar un 3-4-3 porque Peralta se sumaba la medio campo y Méndez terminaba como puntero por la derecha o izquierda.
El Azul, que no había tenido un buen desempeño en las pelotas paradas ante el Decano en la fecha anterior, ayer tuvo todas las situaciones de la primera parte, por esa vía. Agüero tuvo dos chances desde tiros de esquina, también Silva tuvo su chance, pero recién en el cierre del primer tiempo, Diego Cardozo desde un tiro libre pudo quebrar el empate.
En el complemento la visita encontró el empate en los primeros minutos tras un cabezazo de Ciampitechi. Pero Independiente comenzó a encontrarle la vuelta por el sector de Peralta y Méndez.
Entre ambos comenzaron a llevar peligro al arco chubutense y antes del cuarto de hora, justamente una jugada entre ambos laterales derecho, llegó el primer gol de Matías Minich con la camiseta leprosa. Por el desarrollo era justo, porque la Lepra era más que su rival y aprovechaba los groseros errores en el fondo de Brown.
Agüero terminó de redondear el resultado, que podría haber sido más abultado, y que estira el invicto en el Gargantini.
