Mendoza es la provincia que presenta la tasa más alta de consumo combinado de psicofármacos y alcohol, dentro del universo de los estudiantes que consumen. El dato surge de una encuesta del Observatorio Argentino de Drogas, que señala que de los jóvenes que consumieron tranquilizantes, el 62,6% lo hizo en forma combinada con alcohol. Pero no se trata sólo de este tipo de mezclas sino que además el alcohol aparece asociado a otros consumos como energizantes, éxtasis y cocaína, según confirmaron referentes locales.
Así lo expresa el "Informe estadístico y geográ?co sobre los dispositivos de prevención y asistencia de la Sedronar y otros organismos públicos y privados" con datos de 2016, el último que consigna este tipo de información ya que se trata de trabajos que, para apreciar tendencias, se repiten con espacio de algunos años.
"El 80,9% de los estudiantes que consumieron bebidas energizantes (estimulantes) durante el último mes lo hizo en forma combinada con alcohol", es otra de las conclusiones que ilustran el fenómeno.
Sucede lo mismo con el 68% de los estudiantes que consumieron éxtasis.
No puede dejar de tenerse en cuenta que Mendoza es una de las provincias con mayor consumo de alcohol entre escolares, pese a que su venta está prohibida a menores de 18 años. Al momento de la encuesta estaba segunda detrás de Ciudad de Buenos Aires.
La Coordinadora del Plan Provincial de Adicciones, Marta Hintuchi contó que ese tipo de consumo se aprecia cada vez más y que en algún momento la combinación de esas dos sustancias se consideraba como una tercer droga.
En el país se estima como edad promedio de inicio del uso de tranquilizantes sin prescripción médica los 25 años y es más frecuente en varones que en mujeres. "El consumo de alcohol y pastillas está presente en la población, particularmente en los jóvenes que las usan con fines recreativos porque potencian el efecto depresor y se sienten más relajados".
Sergio Saracco, director de Toxicología de la provincia sostuvo que se busca potenciar o contrarrestar el efecto de estas sustancias que actúan como depresoras o estimulantes del sistema nerviosos central. "Son todas combinaciones peligrosas, el alcohol genera un estado de vulnerabilidad que con tranquilizantes es aún mayor, afecta la conciencia y la memoria". En referencia a que después no pueden recordar lo que sucedió, pero en esas instancias por el efecto disruptor de la toma de decisiones, pueden tomarse decisiones de consecuencias graves.
Estas condiciones generan la posibilidad de accidentes, caídas y daños a sí mismo o a los demás. Otras de las consecuencias son situaciones de sexo no seguro, con quien no se desea e incluso abuso sexual. El toxicólogo explicó que ante el consumo frecuente de sustancias el organismo se acostumbra entonces se necesita cada vez más dosis para lograr el efecto. La sustancia psicoactiva que más se utiliza es el alcohol, entonces en la búsqueda de lograr resultados cuando ya no basta con una sustancia se tiende a la combinación.
Experimentar
Advierten que este tipo de consumos es cada vez más frecuente asociado a cuestiones culturales. Una de ellas es la búsqueda de experiencias y la potenciación de las sensaciones. Se trata de algo enmarcado en el aspecto social, no sólo por la supuesta necesidad de responder a un determinado modelo sino porque el consumo se realiza muchas veces en el marco de reuniones o por imitar lo que hacen otros.
"Hay una tendencia cultural a la hipervalorización del momento y esto es lo que hace que los sujetos busquen lo novedoso por encima de lo que perdura, lo que en ese instante genera una explosión de sensaciones diversas", resaltó, señaló Laura Alcaraz, presidenta de Fundación Abra, Equipo Interdisciplinario Mendoza y dijo que que fenómeno no está disociado de la volatilidad de los vínculos y, especialmente, al consumismo.
Al alcance de la mano
Hay otro elemento más en el que coinciden los consultados: los psicofármacos se consiguen con más facilidad los últimos años.
La naturalización de su consumo con prescripción médica es uno de los factores que ha facilitado el acceso ya que si bien deben venderse con receta médica, en muchas viviendas se encuentran estos comprimidos.
El 15,3% de la población argentina alguna vez en su vida usó tranquilizantes o ansiolíticos con o sin prescripción médica, según la Sedronar. La proporción fue mayor en las mujeres (17,6%) que en los varones (12,8%).
La mayor parte de los tranquilizantes consumidos pertenecen al grupo de las Benzodiacepinas, en mayor medida Clonazepam (55,6%) y Alprazolam (30,2%).
Jornadas de capacitación
Sobre consumos problemáticos en el ámbito educativo. Se harán el 21 y 22 de mayo y el 11 y 12 de junio y serán dictadas por profesionales del Sedronar. Están destinadas a directivos, docentes, preceptores y miembros de los servicios de orientación de escuelas secundarias. Es una organización conjunta entre la Dirección General de Escuelas, el Plan Provincial de Adicciones, la Universidad Nacional de Cuyo y la Sedronar. Las instituciones educativas del Este realizarán las jornadas el 21 y 22 de mayo.
En tanto, las escuelas de Luján de Cuyo y Maipú lo harán el 21 de mayo y 11 y 12 de junio. Se requiere inscripción.