El costo de transportar vino argentino a los mercados exportadores es hasta 84% más caro que en Chile. Este dato específicamente, tiene que ver con el fraccionado puesto en China. Transporte terrestre y aranceles son los ítems que más inciden en el costo final.
Esta información se desprende del informe “Vectores de competitividad de la vitivinicultura argentina”, realizada por los equipos técnicos del Observatorio Vitivinícola a cargo de Daniel Rada. Del estudio participaron entre otros el gerente de la Coviar, Carlos Fiochetta y Pablo Silvestre.
Lo que se analiza, entre otros puntos, es cuál es el costo verdadero de los vinos argentinos fraccionados y granel, puestos en los principales destinos, como son Estados Unidos, con los puertos de New York y Miami, así como Reino Unido, China, Brasil y México.
En base a ello, se analizan tres componentes: el costo terrestre, el marítimo y el arancel que deben abonar para el ingreso a dichos países. Pero además, también en el estudio se analiza un ítem más, el cual varía año a año y no es estructural, como es el del vino.
Al realizar toda esta comparación, se llega a la conclusión de que las empresas argentinas -en cada temporada- han tenido que ir aumentando el precio promedio FOB para poder hacer rentable su negocio, mientras que Chile lo ha ido manteniendo. En base a ello, la consecuencia es que el país vecino logra conquistar nuevos mercados.
En este marco, “se ha posicionado y sus exportaciones han crecido ininterrumpidamente desde 1990, mientras que las argentinas no”, expresó Carlos Fiochetta, gerente de Coviar. Mencionó que gracias a ello, “Chile se ha convertido en el 4° exportador mundial de vinos en volumen, mientras que Argentina se ubica en la décima posición”.
En este marco, según datos que se desprenden del informe, el precio promedio de Argentina en dólares en Estados Unidos y para 2015 fue de U$S 3,04, mientras que el chileno fue de U$S 2,31. En este sentido, se llega a dilucidar que el vecino país ofrece el vino en el mercado más importante 31% más económico. Así las cosas, “es cómo ha logrado posicionarse y crecer en diferentes países y conquistar el cuarto lugar a nivel mundial”, remarcó Daniel Rada, licenciado en Economía y director del Observatorio Vitivinícola Argentino.
En detalle
Para analizar la diferencia y la falta de competitividad del vino argentino, se tomaron diversos destinos. Uno de ellos fue el puerto de Nueva York, Estados Unidos. Para ello se tomó el promedio por un contenedor de 1.150 cajas de 12 botellas en carga manual.
En este caso, en primer lugar se destaca el dato de cuál es el costo de poner el vino argentino en camión en el puerto de Buenos Aires, que se llama “Flete In Land”. Este ítem toma el salario del chofer, aportes, contribuciones, seguro de vida, ART y sindicato; chofer, combustible líquido, impuesto interno combustible, empresa de transporte e Impuesto al Valor Agregado.
Aquí, un vino llega a un costo total por botella de U$S 0,21 a Buenos Aires, mientras que un vino chileno llega a su puerto a U$S 0,07. Lo que se traduce en 200% más caro para Argentina.
El segundo ítem analizado es el marítimo, en donde se toman los Gastos Portuarios de Argentina (puesta a FOB), gastos de agencia y gastos de terminal (Puerto). En este sentido, el costo de exportación de la botella de vino argentino puesta en Estados Unidos es de U$S 0,05, mientras que el de Chile es de U$S 0,11. Aquí, el costo de la botella argentina -tomando sólo puerto a puerto- es 120% más económica que para Chile.
Finalmente y analizando el tercer ítem es donde nace una gran diferencia a favor de Chile y es “aranceles”. En este caso, el costo por botella del vecino país para ingresar a Estados Unidos es cero, ya que entre ellos tienen acuerdos bilaterales. Sin embargo, para el producto argentino el costo por botella para entrar es de U$S 0,047.
De este modo, y sumando todos los puntos, es que se llega a la conclusión de que el costo de una botella de vino mendocino puesto en el puerto de Nueva York es de U$S 0,31, mientras que el chileno es de U$S 0,18. Así las cosas, es que colocar un vino argentino en este puerto es 43% más caro que para Chile.
Para el caso de Reino Unido, el costo de un vino argentino puesto en el puerto de Londres es de U$S 0,36, mientras que la botella de un vino chileno es de U$S 0,16, lo que significa siendo 57% más caro para el país. Aquí, lo que sucede es lo mismo que el anterior ejemplo y es que Chile ingresa con arancel cero y Argentina con un costo por botella de U$S 0,109.
A China, la diferencia es mayor y a Argentina le cuesta 84% más, colocar un vino en el puerto base que a Chile. Aquí, también la gran diferencia que pesa sobre el precio final es el arancel, que para el país trasandino es cero y para el vino argentino es de U$S 0,394 por botella. Mientras que el costo terrestre marítimo, para este ejemplo, es menor para Chile (U$S 0,03) que para Argentina (U$S 0,05).
Si en estos casos se toma el vino a granel, para este producto resulta aún más caro para Argentina que para Chile. Para mostrar la diferencia y analizar sólo uno de los casos, colocar un litro de vino a granel argentino en Nueva York cuesta U$S 0,27, mientras que un litro chileno cuesta U$S 0,10, lo que marca una diferencia del 62%. Aquí, la desigualdad -además de los aranceles- es justamente el traslado terrestre, que para el país es de U$S 0,15 por litro y para Chile de U$S 0,04.
Finalmente, desde el Observatorio Vitivinícola Argentino también se analizó un ítem -el cual es variable- por ello se desplegó en otro punto, y es el del vino. Aquí, dependiendo el año, es cuánto será el costo del litro. Sin embargo, considerando este año, el tinto varietal argentino -malbec- (U$S 0,75) es 26% más caro que el chileno -carmenere- (U$S 0,55).
Reformas estructurales y acuerdos
En conclusión, más allá de este ítem, el cual es volátil, las Cámaras empresarias del sector analizan que hay cuestiones estructurales y que exceden al vino que deben solucionarse para que Argentina logre mejorar su competitividad en los principales mercados de exportación.
“El país tiene potencialidad, pero necesitamos que se mejoren todos estos vectores de competitividad. Además, los dos ítems por los cuales tenemos incrementos de costos -logística terrestre y aranceles- otros países ya lo tienen resuelto y no les resultan una barrera para las exportaciones y para su competitividad”, concluyó el gerente de Coviar.
Por su parte, Juan Carlos Pina, gerente de Bodegas de Argentina, coincidió con estas declaraciones y sumó que los últimos gobiernos intentaron solucionar estas diferencias de competitividad con una devaluación, “lo cual termina siendo un ‘aspirina’, ya que calma el síntoma sólo por un tiempo y no es una herramienta efectiva de largo tiempo”.
Por ello, “no necesitamos devaluación. La efectiva competitividad la vamos a lograr con diversidad de estrategias”. Entre ellas, precisó que son importantes los acuerdos internacionales, “los cuales nunca llegan a concluirse por estar dentro del bloque del Mercosur, el cual venimos padeciendo hace tiempo”, puntualizó Pina.
Dijo que espera que a partir de ahora se logren acuerdos binacionales, luego del acercamiento que ha tenido Macri con las autoridades brasileñas.
Además, ante los costos planteados remarcó la importancia de que se mejoren las rutas y caminos y haya un transporte adicional y complementario al camión, y “se concrete el tren”. A su vez, las cargas tributarias de la vitivinicultura -en todos los órdenes- son altísimas, y “ni hablar de lo que representa la mano de obra y las cargas en este marco, que terminan representando más del 60% del costo final del vino”.
Es así, que remarcó: “Todos estos temas nunca han sido atacados de fondo y se termina optando por la devaluación, la cual soluciona el problema por unos meses. Hasta que no se solucione esto, seguiremos hablando de lo mismo por más años”.
