Por Rodolfo Cavagnaro - Especial para Los Andes
La intempestiva decisión de la Comisión Nacional de Valores, de obligar a los Fondos Comunes de Inversión de computar el valor de los bonos dolarizados al precio del dólar oficial, causó un revuelo gigante que llevó a estos títulos a perder un 30% en un día y a los fondos comunes a pérdidas globales en los valores totales de sus carteras cercanas al 20%.
Dicen que la medida era para proteger a los ahorristas ante bruscas oscilaciones en las cotizaciones de esos bonos, pero nadie les cree. Es que estos títulos, además de ser referencia para el dólar paralelo, estaban siendo muy demandados por los importadores para poder pagar sus obligaciones ante la negativa del gobierno de entregarles más divisas.
Por lo que sea, el daño que hizo esta medida, que además ni siquiera fue publicada aún en el boletín oficial sino que fue comunicada telefónicamente a los operadores de los Fondos, fue de una gran magnitud y muestra a las claras la falta de idoneidad de los principales dirigentes que operan los entes de control en la materia y que dependen directamente del ministro Kicillof.
Estos funcionarios reaccionan siempre de la misma manera. Cuando los mercados operan en positivo es por confianza en el gobierno; y cuando operan en negativo es por causas internacionales (no olvidar que “el mundo se está cayendo”).
Con la medida tomada el martes, se pretendía bajar el precio de los bonos para que ese valor presionara a la baja al dólar paralelo pero el resultado fue al revés, ya que la versión “blue” de la moneda norteamericana tocó los 16 pesos.
Es verdad que el mismo día se agudizó la crisis en Brasil, con fuertes caídas en la bolsa y el real recuperando el valor de 4 reales por dólar, que se consolidó el miércoles al cerrar a 4,13. El último día el problema tuvo la suma de una caída del precio del petróleo por malos datos de la economía de China.
Lo cierto es que los funcionarios creen que hicieron una genialidad para proteger a inversionistas de riesgo a los cuales no se debe proteger, salvo de una estafa, pero no de las oscilaciones en los mercados. El que no quiera riesgo, puede hacer un plazo fijo en el Banco Nación.
Este tipo de acciones lo único que consiguen es generar más desconfianza en los operadores, que ayer ya hablaban de una “pesificación de los bonos”, lo cual no sería correcto pero, dicen ellos, cuando ya pasó una vez, puede ocurrir de nuevo.
Es grave todo este movimiento para controlar el precio del dólar paralelo, que sólo existe porque el gobierno inventó un dólar oficial con precios arbitrarios al cual le llaman “flotación administrada”. En realidad no hay ninguna flotación. No se puede flotar cuando se está sin agua y sobre una superficie dura de hormigón.