Ernesto Suárez y los temores de la burguesía

El actor y director estrena esta noche su unipersonal “Hay cosas más dañinas que el tabaco”. Una versión libre del monólogo de Antón Chejov, donde pone su lenguaje al servicio del teatro. Un grande que nunca se detiene.

Ernesto Suárez y los temores de la burguesía

El ‘Flaco’ es incansable: de su trabajo como docente en la Universidad, a los ensayos. Los fines de semana, funciones y, en ese trajín, mientras recorre las calles de Mendoza lo saludan en cada esquina, en cada bar donde se sienta. Un observador innato de la realidad. Según él, ahí está la magia: en lo cotidiano, en poder observar más allá; y de eso crear un chiste, una historia.

Así es Ernesto Suárez, el que a sus más de cincuenta años de carrera ganó, en el Festival de Mar del Plata, el premio revelación por su personaje en la película “Camino a la Paz”. Su debut y despedida del cine. Porque él es puro teatro y con esa gracia que no disimula, hoy se lanza a un nuevo desafío, el de interpretar a Sacha Petrovich en “Hay cosas más dañinas que el tabaco”, su segundo unipersonal, que dirige y escribe junto a Gonzalo Aranda, actor del elenco El Taller.

El año pasado, el actor y director interpretó en el teatro Independencia la versión original del monólogo de Chéjov “Sobre el daño que hace el tabaco”. Y ahora le pone su encanto a una historia sencilla, pero siempre con la risa ácida como bandera.

“Esta es una versión libre, donde hago hincapié en el hombre y la sociedad. Es un poco lo que plantea Chéjov en algunas de sus obras. Es un hombre temeroso, al que le hacen bulling, tiene miedo a los militares, a salir. Tiene una vida infeliz, burguesa. Me pareció interesante el monólogo para hacer un espectáculo. El monólogo dura 20 minutos y lo traje a mi lenguaje, donde juego con esto que tiene la sociedad, de reírse del otro”, sintetiza el Flaco sobre la dramaturgia de su nueva obra.

Aquí el protagonista es Sacha Petrovich, un hombre sencillo, simple y débil, que se ve obligado por su mujer a dictar una conferencia sobre el daño que causa el tabaco. Sin embargo termina confesando al espectador el martirio que significa su vida al lado de su esposa, quien lo reta despiadadamente, tildándolo de “pelele, mequetrefe, inútil y otros epítetos”. Esta confesión tragicómica, desencadena en la historia un final inesperado.

Los miedos al qué dirán, a los poderosos, a la burla y el ensañamiento sobre este ser sensible y demasiado débil para la sociedad son algunos de los ejes de este trabajo.

- Esta obra es tu segundo unipersonal, ¿cómo te plantás frente a este desafío?

-No hice nunca un unipersonal hasta que hice “Lágrimas y risas”. Me gusta, es como agarrar tu bolso y hacer lo que quieras. Por ejemplo cuando voy solo a una escuela, a la cárcel o a un teatrito y hago un espectáculo. Es como mi valija. En cambio otro tipo de espectáculo, con otra producción, dirección, es más difícil moverlo. Me gusta ese encuentro con el público, en este caso este hombre que cuenta su vida miserable, que ha sido víctima de todo lo que lo rodea.

En el medio de la crítica y la ideología que tiñe el arte, el humor es el fiel aliado de Suárez. Esa forma ácida de reírse en la tragedia. Inconfundible sello de su obra.

- Usted es un canto a la vida, al humor y al teatro, todo lo contrario de este personaje temeroso...

- Un poco desafinado (ríe). Siempre está el humor. Ahora estoy muy entusiasmado con el trabajo que estoy haciendo con los chicos de la facu, sobre la migración Siria. La semana que viene lo presentamos, pero no tengo el día exacto. Con esto de la asunción del Presidente, no sé cuando lo haremos. Porque me invitaron a la asunción (ríe).

Ayer los alumnos me hicieron una devolución del trabajo y me dijeron: “nos hizo tomar conciencia de que en el arte tenemos alternativas. Estamos contando algo que vemos y el teatro ayuda a entender los dramas que vive la sociedad”.

Porque el tema de la migración es permanente. La nicaragüense que quieren llegar a México y no pueden llegar, los bolivianos que llegan a nuestro país y terminan viviendo como indigentes. No solo en Siria ocurre, se ha hecho masivo todo. Parece todo apocalíptico. No se puede hacer teatro sin una ideología. El arte es fruto de una sociedad, es lo que te pasa a tu alrededor y no podemos obviar.

La ficha

"Hay cosas más dañinas que el tabaco"
Dramaturgia y dirección:
Ernesto Suárez y Gonzalo Aranda.
Día y hora: hoy, a las 22. Repite sábado 12 y 19 de diciembre.
Lugar: Los Angelitos Teatro Bar (Rioja y Buenos Aires).
Entrada: $100 Reservas: 4200095.

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