El precandidato presidencial de la UCR, Ernesto Sanz, quien en dos domingos enfrentará en las PASO al jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri y a la líder de la Coalición Cívica, Elisa Carrió, recibió en su comando de campaña montado frente a la Plaza del Congreso, a Los Andes.
En un alto de su recorrida por el país y a sólo dos semanas de las PASO nacionales, el senador radical por Mendoza se animó a criticar a su principal adversario en la interna de Cambiemos y aseguró que dará una sorpresa el 9 de agosto “porque el radicalismo tiene más votos en las urnas que en las encuestas”. Sin embargo, defendió el giro pro-Estado de Macri porque entiende que aporta coherencia a la sociedad con los radicales.
-¿El apoyo de Martín Lousteau a su precandidatura le genera mayores expectativas de cara a las PASO del 9 de agosto?
-Sí, claro. Me deja mejor parado porque me asimila a una epopeya como la que Martín hizo en la Ciudad. Nadie daba dos mangos por él al principio y miren adónde llegó.
A mí me pasa lo mismo. Muchos me ven con pocas chances pero nadie analiza el valor que tiene el voto radical en el país. Se debería analizar racionalmente el desempeño del radicalismo hasta ahora, desde que empezó el calendario electoral. Nos va mejor en las urnas que en las encuestas.
-Se guía por los resultados provinciales...
-Hemos salido primeros en tres provincias: Mendoza, Corrientes y en Santa Fe, aliados con el socialismo. Segundos en cinco: Córdoba, Ciudad de Buenos Aires, Chaco, La Rioja y Tierra del Fuego. ¿Qué partido político puede acreditar eso? La pregunta es si eso se va a trasladar al 9 de agosto. Obviamente que no el 100%, pero hay una buena parte que sí y eso no lo miden las encuestas. Entonces, esperemos a las primarias y se van a llevar una sorpresa.
-¿El Pro pidió al radicalismo que baje a Lousteau para que no haya balotaje?
-No fue una cosa expresa pero hubo comentarios, reproches. Pero el Pro no tenía derecho a pedir una cosa así porque cometió un pecado original que fue al comienzo de toda esta historia, allá por diciembre, cuando no quiso competir en una primaria; decidieron ir solos. Si se hubiera aceptado la competencia en la primaria, hubiera habido el 75% de los votos de la Ciudad dentro del mismo espacio.
-Una de las noticias de la semana fue el giro pro-estatista de Macri. Quiero saber si esto fue consultado con ustedes, los radicales, que son sus socios.
-Para mí esto no fue una sorpresa. Hace tiempo nosotros dijimos al Pro y a la Coalición Cívica cuál era nuestra posición con respecto a YPF, Aerolíneas, la Asignación Universal, la estatización de los fondos de pensiones.
Está claro que el Pro no siempre compartió esto pero ahora ha tenido una evolución y están de acuerdo. Me parece muy bien esto porque el problema sería grave si Macri el domingo pasado hubiera dicho que quiere privatizar YPF, los fondos de pensiones o Aerolíneas. Eso hubiera provocado la explosión del frente Cambiemos. Creo que nosotros hemos influido, espero que así haya sido.
-Este giro ¿no desconcierta al votante abiertamente anti-kirchnerista?
-No, creo que éste es un baño de sentido común. Tener a YPF dentro del Estado es una herramienta estratégica que nadie puede desconocer. En un momento cuando importás por 10.000 millones de dólares y por otro lado necesitás inversiones para Vaca Muerta, ¿cómo lo hacés? Se hace desde el Estado. La contradicción sería no ver esto y considerarse desarrollista, como se consideran Macri, (Horacio) Rodríguez Larreta o (Rogelio) Frigerio.
Esto es desarrollismo. Y respecto a lo social, ¿alguien puede negar que la Asignación Universal por Hijo es un logro? Pero ahora lo que viene es vincularla al empleo. Éste es el desafío de la política. Ningún votante original del Pro o del radicalismo debe sentirse sorprendido porque Cambiemos viene a hacerse cargo de estas realidades. Si alguien quería votar al frente Cambiemos porque es anti, está equivocado. Esto tiene que ver con el progreso.
-Había hasta ahora una estrategia muy clara de polarizar la elección. ¿Le sirve este giro discursivo del Pro al frente Cambiemos?
-Absolutamente sí, porque el error estaba en polarizar con nombres y apellidos, entre Macri y (Daniel) Scioli. La performance electoral de Lousteau demostró que hay una diversidad y que esa diversidad hay que administrarla. Creo sinceramente que engrosa a Cambiemos. Ojalá que esto Macri lo pueda leer bien. Esto agranda y fortalece porque la polarización es entre dos modelos.
Por un lado, el modelo de la unificación totalitaria, en la que el dedo de Cristina Fernández elige todo, donde el poder está concentrado militarmente y eso se transforma luego en unitarismo fiscal, prepotencia, intentos de concentrar en una persona los tres poderes del Estado. Por otro lado, estamos los que queremos cambiar ese modelo y tenemos que tener una visión culturalmente distinta, que es la de la diversidad. Creo que todo depende de cuál es el grado de amplitud o apertura en el liderazgo.
-¿Cuál debe ser esa apertura, a su entender?
-Esto que estamos hablando ahora es el corazón de las diferencias entre Macri y Sanz, entre el Pro y el radicalismo. Por eso no fui candidato a vice de Macri y estoy compitiendo con él, porque creo en esta diversidad. Creo en esta apertura, creo que el país que viene va a necesitar de una visión más amplia y porque además sostengo que el líder que se ponga por encima es quien va a poder llevar la Argentina a otra senda. Macri hasta ahora no lo ha entendido bien.
Por eso ha seguido el consejo de sus gurúes y se encerró sectariamente en el Pro. Pero estas cosas las digo de buena fe para analizar las cosas políticamente profundas que están en juego, por ejemplo el liderazgo. Yo me siento a cargo de un liderazgo más amplio y plural. El Pro creo que no lo ha entendido pero no lo digo para meter el dedo en la llaga. Lo digo constructivamente.
-¿Cómo ve la fórmula de Daniel Scioli y Carlos Zannini?
-La fórmula Scioli-Zannini no entusiasmó a nadie y a medida que pasa el tiempo creo que va quedando claro que Zannini, con su presencia, contradice el discurso de continuidad con algunos cambios que sostiene Scioli. Porque Zannini es La Cámpora y la garantía del modelo que está haciendo agua en lo institucional, en lo social y en lo económico. Scioli, si llega a ser presidente, no podrá desprenderse de esta gente o disciplinarla. Habrá más kirchnerismo puro y duro.
-¿No cree que la fórmula sirvió para unir al oficialismo y darle potencia?
-Electoralmente, al oficialismo lo veo mal. Somos pocos los que lo decimos. Si vas a las urnas, en las 12 provincias que votaron, ves que Cristina, que supuestamente tiene imagen positiva alta, le levanta la mano en La Pampa a (Fabián) Bruna y pierde contra (Carlos) Verna, que en Mendoza la Presidenta apoya a (Adolfo) Bermejo y pierde con (Alfredo) Cornejo.
Bendice a (Eduardo) Acastello en Córdoba y sale tercero. A (Mariano) Recalde y sale tercero. A (Miguel) Pichetto, en Río Negro, directamente lo hundió. Estaba arriba ocho puntos arriba y perdió por paliza. ¿Dónde están los oficialistas que se comen los chicos crudos? ¿Dónde está la Presidenta que es como el Rey Midas, que todo lo que toca lo convierte en oro? Estos son datos objetivos de la realidad.
-La imposición de Zannini, ¿no indica una debilidad de origen para Scioli si llega a la Presidencia?
-Es una debilidad “by pass”, ida y vuelta. Del kirchnerismo porque aceptó un candidato al que no quiso nunca; es una verdadera rendición ideológica después de 12 años, en los que hicieron todo lo que quisieron pero no pudieron resolver el problema de la sucesión. Hoy no tienen como candidato al flaco (Carlos) Kunkel sino que cayeron en Scioli. Por otro lado, está la debilidad de Scioli que se rinde en la gestión futura porque sabe que, sin la estructura de Cristina, no llega a ningún lado.
Vida y obra
Ernesto Ricardo Sanz nació en San Rafael el 9 de diciembre de 1956).
Es abogado, está casado con Cristina Bessone y tiene dos hijos. Actualmente desempeña su segundo mandato como senador nacional por Mendoza y también cumple su segundo período como presidente del Comité Nacional de la Unión Cívica Radical.
Su actividad política comenzó en 1982 con el advenimiento de la democracia en Argentina, cuando fue electo presidente de la Juventud Radical en San Rafael entre los años 1983 y 1985. Hasta 1987 fue delegado al Comité Nacional de la Juventud Radical.
En 1991 fue elegido por primera vez presidente del partido en San Rafael, cargo para el que fue reelecto entre 1997 y 1999. También en 1991, siendo muy joven, fue candidato a vicegobernador de Víctor Fayad.
Entre 1993 y 1999 fue senador provincial y luego, como parte de la Alianza, asumió como intendente de su departamento, cargo que ocupó hasta 2003, cuando fue elegido por primera vez senador nacional.
En 2009 lo nombraron presidente del Comité Nacional de la UCR y también fue reelecto como senador nacional. Ahora es precandidato a presidente de la Nación por Cambiemos, un frente cuya construcción impulsó.