El fiscal general de Estados Unidos, William Barr, denunció ayer "graves irregularidades" en la prisión federal en la que el magnate Jeffrey Epstein, imputado por explotación sexual, aparentemente se suicidó durante la jornada del sábado.
"Esclareceremos lo que ha pasado", dijo Barr, quien agregó que "habrá rendición de cuentas". "Cualquier co-conspirador no debe estar tranquilo", manifestó en referencia a aquellas personas que hubieran podido haber colaborado en la muerte de Epstein. En este sentido, el fiscal general del país norteamericano manifestó que "las víctimas merecen justicia y la tendrán", según informó la cadena de televisión estadounidense CNBC.
El propio Barr se mostró el sábado "horrorizado" por la muerte de Epstein.
"Su muerte abre serias preguntas que deben recibir respuesta. Junto a la investigación del FBI, he dado instrucciones al Inspector General para que abra su propia investigación sobre el suceso", dijo.
Epstein, de 66 años, fue hallado "inconsciente" en torno a las 06.30 de la mañana del sábado en su celda de la Unidad de Alojamiento Especial del Centro Correccional Metropolitano de Manhattan. Según la Oficina Federal de Prisiones, "recibió ayuda de emergencia y fue trasladado en ambulancia a un hospital para recibir tratamiento, donde se le declaró difunto".
El caso de Epstein adquirió especial notoriedad por su relación con la elite política de Estados Unidos.