Argentina está festajando, en las calles, en los barrios, en el kilómetro cero. Pero especialmente se está festejando en Maipú, allí donde Enzo Pérez se peló las rodillas en sus primeros años de futbolista de barrio y que luego llevó esa magia al césped. Allí se festejó y se festejó mucho.
A miles de kilómetros estaba el hijo de esas calles hablando con los medios y contando como se pasó a la final del mundo y cómo será disputar el partido que todos quieren jugar. Él será el primer mendocino en estar presente en ese partido. "En una final están las mismas chances para los dos equipos. Ellos han demostrado que son fuertes pero nosotros tenemos al mejor del mundo", aseguró.
Tras el partido el maipucino habló de cómo se tenía que disputar una semifinal del mundo: "Había que tener responsabilidad. La confianza que me dieron mis compañeros y el cuerpo técnico fue fundamental. No estaba nervioso estaba ansioso. Quería disfrutarlo porque lo más difícil ya lo había pasado el partido anterior y era consciente que un Mundial no se juega todos los días", señaló.
Enzo también contó cual fue la razón de su emoción: "Me abracé con todos porque esto es gracias a los que jugamos hoy y lo que quedaron afuera de la lista".
También confesó cual fue su cábala a la hora de los penales: "Tiré unos quiricocho en los penales. Estábamos casi todos temblando los de afuera, muy nerviosos", cerró.
