El cuerpo de Eva Perón: embalsamado, secuestrado, sepultado en Italia bajo un nombre falso y manipulado por una corte de conspiradores.
¿Quién iba a animarse a llevar al cine esa odisea post mortem del cadáver de la nación? Al mendocino Pablo Agüero no lo inhibió el hecho de que el personaje ya hubiese sido abordado por Marvin J. Chomsky, Juan Carlos Desanzo, Alan Parker y demás, y aseguró, desde el principio del proyecto, que la trama de su filme iba a concentrarse en “el cuerpo y sus avatares, filmado al estilo del cine negro de los años 1950”.
Iluminado por la PC, desde su domicilio francés, Agüero deja fluir un entusiasmo a dos niveles: por un lado, su último y esperado filme, “Evita no duerme”, será estrenada mundialmente en el Festival de San Sebastián; por otro, su película “Madres de los dioses” (2015) llega esta semana a su tierra natal como parte de la potente programación del Bafici 2015.
De modo que decidimos ir por orden. El viernes próximo, a las 20, en el Cine Universidad, se proyectará “Madres de los dioses” que, según la crítica, es “el retrato hipnótico, misterioso y no exento de cierta sensualidad” de tres mujeres que han abrazado el entorno enigmático de El Bolsón como último refugio frente al pasado y la soledad.
- En principio, ¿cómo fue la génesis de este filme?
- Fue una anécdota muy curiosa. Por problemas de presupuesto, los médicos del hospital de El Bolsón reciclan fotocopias descartadas, usando la faz blanca para recetar medicamentos. Así fue cómo, accidentalmente, en el reverso de una receta médica, descubrí una fotocopia de un informe de inteligencia de la Gendarmería. Ahí se recensaban todas las iglesias, sectas y grupos místicos de la región. Había más de 60, sólo en ese pequeño valle. Una concentración tal vez única en el mundo.
Al principio quise hacer un retrato de ese pueblo ultra-místico, pero pronto tomé conciencia de quien mucho abarca poco aprieta. Para lograr cierta profundidad y cierta intensidad emocional necesitaba concentrarme en pocos personajes. Así fue como fui afinando la investigación hasta llegar a estas cuatro mujeres increíbles que se convirtieron en las "madres de los dioses".
- ¿Qué obsesiones tuyas se manifiestan en ella?
- Estoy convencido de que, tras siglos de dominación masculina, ha llegado la hora de la mujer. Desde mi cortometraje "Lejos del sol" (2005) hasta mi último largometraje, "Eva no duerme" (2015), pasando por Primera nieve (Premio del jurado en Cannes 2006), Salamandra (Cannes 2008) y 77 Doronship (Mejor director en el Bafici 2009), toda mi obra gira en torno a esa convicción, que se ha convertido en un compromiso artístico y político a la vez.
En este mismo año, pues, Agüero se encuentra estrenando una serie de retratos femeninos fascinantes y explorando los contornos de su estética.
- ¿Y cómo ha sido la experiencia de realización de "Eva no duerme"?
- Habiendo preparado la película durante 6 años, fue muy duro tener que filmarla con casi un cuarto del presupuesto previsto. Pero logré transformar las limitaciones en nuevos desafios: para respetar un rodaje extremadamente corto (20 días de 8 horas) filmé todo en una única locación, en decorados artificiales y en planos secuencia. Un método muy arriesgado, de todo o nada, que le imprimió un tempo y una tensión interior fuera de lo común.
- ¿Cómo resolviste la carga histórica y simbólica en la ficción?
- Hice un trabajo enorme de investigación histórica, pero acabé decidiendo alejarme de la reconstitución para volcarme hacia una mirada más universal. En lugar de pretender una verdad objetiva (que nadie puede realmente atribuirse), elegí crear una parábola, una especie de cuento, o algo así como un thriller onírico. Sin eludir en lo más mínimo la responsabilidad política, pero privilegiando la dimensión poética.
- ¿Qué significa Evita para vos?
- No me interesa pronunciarme sobre el peronismo como partido político. Lo que me interesa es Evita como mito. Para mí, Evita es una voz. Una voz que va más allá de lo que fue Eva Perón en vida. Una voz que resonó en las clases populares, una voz quebrada, apasionada y conmovedora que les dijo que "no hay fuerza capaz de doblegar a un pueblo que es consciente de sus derechos", una voz que los represores intentaron callar bombardeando su propio país, prohibiendo hasta el nombre de Evita, haciendo desaparecer su cuerpo, encadenando dictaduras sucesivas durante medio siglo. Pero una voz que vuelve una y otra vez, para repetir que mientras no haya justicia social, no habrá paz.
La despierta
“Eva no duerme” es una coproducción entre Argentina, México, Francia y España. Éste, el tercer largometraje Pablo Agüero, competirá en la sección oficial de la 63° edición del Festival Internacional de Cine de San Sebastián, cuya inauguración se realizará el próximo 18 de setiembre.
La nueva propuesta del autor de “Salamandra” y “77 Doronship”, toma la historia de Eva Perón desde el momento de su muerte, convertida en la figura más amada-odiada de la Argentina, y cómo su cuerpo embalsamado es tratado de eliminar por dictadores que quieren borrar su legado en la memoria popular.
Con este proyecto que cuenta con trabajos de Gael García Bernal, Denis Lavant, Imanol Arias, Daniel Fanego y Nahuel Pérez Biscayart, Agüero ganó el Premio Cinéma en Construction, otorgado en Toulouse con ocasión de la 27ª edición de Rencontres Cinelatino organizado por los festivales de Toulouse y de San Sebastián.