Entrevista a Alberto Lasmartres

El dirigente gremial de SRA advierte que se debe respetar el libre mercado donde interactúa la oferta y la demanda.

Entrevista a Alberto Lasmartres
Entrevista a Alberto Lasmartres

Administra explotaciones agrícolas en la provincia de Córdoba  y viñedos en Mendoza. Es reconocido criador de Angus puros de pedigree en la Cabaña Los Cardos -de El Cuyún Andino- en San Rafael.

Además, desarrolla la ganadería bovina para consumo; con algunos intentos en campos alquilados del Sur de San Luis y Mendoza que fueron desalentados por la baja receptividad de los campos y un índice de preñez equivalente a un tercio del que permiten las praderas del Sur cordobés.

A partir de su actividad en el ámbito de los agronegocios y desde su condición de dirigente gremial empresario (como director de la Sociedad Rural Argentina) el Ing. Agr. Alberto Lasmartres analiza, en diálogo con FINCAS, la actualidad del sector productivo. Rescata el valor del diálogo para zanjar diferencias y corregir lo que está mal.

-¿Cómo ve la situación de las producciones del sector agropecuario y agroindustrial en el país?

-La producción granaria de la región pampeana está un poco mejor que las producciones regionales. Porque a nivel nacional juegan en forma muy importante la soja y el maíz, que este año van a tener buenos precios. Por varias razones, pero sobre todo a raíz de la muy mala cosecha de Estados Unidos, que es el principal productor,  porque este año, el primer productor mundial de soja pasaría a ser Brasil.

Además, estos cultivos, que siempre han tenido como destino principal la producción forrajera, desde hace un tiempo se los emplea también para la obtención de biocombustibles y eso mantiene los precios tonificados.

-¿Este escenario se dará independientemente de la política nacional en materia comercial?

-Bueno… .esas producciones van a estar en una posición un poco más fuerte, siempre y cuando no haya prohibiciones o restricciones a las exportaciones, como ocurrió el año pasado con el trigo o con el maíz. Estamos hablando de una situación ideal de libre mercado.

-Para las producciones regionales la situación es distinta…

-Es más comprometida, y nos preocupa mucho; y los problemas que estamos teniendo para exportar están provocando serios daños. Los roces que hubo con Brasil  provocaron restricciones que las sufrieron la mayoría de nuestras producciones. Las ventas de vino a Brasil cayeron más del 40%, y ese espacio lo está ocupando Chile, que ya tenía una presencia importante en ese mercado.

También resultaron afectadas las exportaciones de ajo. Tuvieron problemas el aceite de oliva y la aceituna, la ciruela, el durazno, aunque en este caso se acaba de destrabar el ingreso de enlatados.

Esto, claro está, tiene un efecto derivado hacia la producción primaria de cada una de esas cadenas.

Nosotros les vendemos uvas a 3 o 4 bodegas muy importantes. Este año volvieron a comprar, pero pagaron lo mismo que el año pasado. Eso significa que han comprado, por lo menos, a un 25% menos, por la inflación. Pero el que exporta no puede trasladar mayores costos a los precios de sus productos en el exterior.

Incluso algunas bodegas estiraron los pagos; dieron los cheques en junio, a 8 meses. En esas últimas cuotas vamos a perder más del 30%. Esto demuestra que aún las producciones a las que se suponía un poco más fortalecidas, están sufriendo el impacto de la situación.

-¿Usted plantea que la economía regional está fuertemente condicionada por la suerte que corran los negocios locales con el exterior?

-Mire, todo el movimiento que tomó Mendoza y el posicionamiento internacional que ha logrado la provincia, tuvo como origen, fundamentalmente, la activación del comercio exterior.  Particularmente desde que empezó a tener impulso la exportación de vinos, a comienzos de los '90. El reconocimiento que lograron los vinos de Mendoza en el exterior y las inversiones extranjeras en emprendimientos vitivinícolas locales, dispararon un crecimiento de la vitivinicultura que fue acompañado por el crecimiento de la oferta hotelera y gastronómica en la provincia.

Esto no sólo se traduce en número de establecimientos, sino en términos de un nivel cualitativo creciente. Eso tuvo su correlato inclusive en la actividad comercial. Creo que hay que tener muchísimo cuidado en el manejo que se hace de las relaciones internacionales. Para eso tenemos debemos sembrar una confianza de Argentina en el exterior, respetar la globalización de la economía y respetar el libre mercado, donde interactúan oferta y demanda. No poner trabas.

-Hay ciertas variables que son resorte exclusivo del Gobierno nacional…

¡Por supuesto! Hay que resolver la restricción de las exportaciones y terminar con las medidas comerciales que las afectan; darle seriedad al manejo de los números de la inflación y tomar acciones para controlarla (porque eso es lo que nos desubica en los mercados) lo puede hacer el Gobierno nacional.

Lo que pasa es que los políticos tienen que acordarse de que este es un país federal; y para que el país ande tenemos que andar todos. Si el país anduviera bien, Mendoza sería la primera en reaccionar, porque tiene montada una estructura de negocios importante.

-¿Qué se puede hacer tranqueras adentro?

Creo que la gente está trabajando bien. En realidad, es una característica del productor, que cierra los ojos y le mete para adelante. El asunto es que tenga plata para vivir. El año, desde lo productivo, pinta bien.

En general, en todo el país (excepto las zonas que han tenido accidentes climáticos). Lo que sí me preocupa es la falta de agua. Nosotros, en la explotación de San Rafael, hemos tenido disponible un tercio y en algunos momentos un 25% de lo que necesitábamos, y eso nos ha provocado un daño tremendo.

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