Por Mariela Encina Lanús
Es director, guionista y productor de cine. Amparado en el trabajo cooperativo y el micro mecenazgo s aventura, por estos días, a cumplir el rodaje de su segunda película. Dice, es un proyecto en el que asume riesgos éticos, estéticos y de producción, y que eso lo inspira.
Todavía más, el desafío de narrar la historia de un joven homosexual enfermo de VIH, con escenas de sexo incluidas y sin caer en los clichés del melodrama.
-¿Se te puede definir, entonces, como un realizador ocupado en los temas de género y de diversidad?
-Me nace contar estas historias porque tienen rasgos autobiográficos. De alguna manera se construyen con mi vida, con la vida de mis seres queridos, mis conocidos; con aquello que leo, que escucho y que siento. En mi caso, traducir una idea a un guión y luego llevarla a una obra tiene que ver con algo que vivencié y que pasó por mis parámetros intelectuales, conceptuales, emocionales. No puedo contar algo que no haya sucedido.
La charla con Cristián Pellegrini (director, guionista y productor de cine mendocino) no comienza con esta pregunta pero la respuesta lo define de pies a cabeza como realizador. Y también nos entrega argumentos para entender por qué, en “Los ojos llorosos”, su segunda película, decidió abordar un momento en la vida de Alice Rossi, un joven que acaba de ser diagnosticado de VIH.
Pellegrini adelanta detalles y sus palabras editan un teaser: "La película está centrada en este personaje; en sus peripecias y decisiones. Es un relato clásico: un especie de camino del héroe, que siempre lo recorre desde la soledad, la oscuridad, hasta que llega a redimirse. Es un melodrama que puede ser duro, bestial o gracioso; es una película de choque".
La entrevista comienza una hora antes, con la luz de la tarde ingresando generosa por la ventana de Pandito Producciones, la productora-casa-búnker de la Cuarta Sección en la que Pellegrini gestó la mayoría de sus proyectos audiovisuales. Allí nos recibe, con mates, galletitas y agua fresca. Las paredes hablan, en Pandito. Delatan momentos clave de su recorrido cinematográfico exhibiendo con orgullo los afiches de “La pasión de Verónica Videla”, “Agustín” y “Bowen” - su opera prima, y las dos series que estrenó en televisión, respectivamente-. También hay un par de artículos periodísticos que dan cuenta de los logros de la película, inspirada en las peripecias de un travesti que quiere estudiar Psicología en Mendoza.
Adrián Biasiori. Manuel García Migani. Cristián Darío Pellegrini
Alrededor de la mesa, que registran días y noches de escritura encendida, están sentados Manuel García Migani (actor, director de teatro, dramaturgo) y Adrián Biasiori (realizador, docente y productor), protagonista y productor ejecutivo de "Los ojos llorosos". Mientras se preparan para la sesión de fotos, debaten abiertamente sobre ciertos aspectos del filme: el tono de las actuaciones, el género en el que encuadra. "Discutimos bastante", dicen, minutos antes de concluir en que definitivamente es "un melodrama".
Es que “Los ojos llorosos” sitúa a su protagonista en una encrucijada: la de tomar o no los fármacos antirretrovirales. No es una decisión simple para quien está atravesando un momento de adicciones, duelos sentimentales e intenta sostener su trabajo de cronista en el Cuerpo Médico Forense de la Policía Provincial. El de Alice es un rol exigente: para adaptarse a la evolución dramática de su personaje, García Migani está cumpliendo una estricta dieta y previamente aceptó protagonizar escenas de sexo con su partenaire, el actor Leandro Poquet (su ex novio, en la ficción). Ambos realizaron las primeras pruebas de cámara a mediados de febrero.
ESTAMOS TRABAJANDO PARA CONTAR ESTA HISTORIA DE UNA MANERA CRUDA Y NATURAL A LA VEZ. HAY UN SUSTRATO DE CINISMO Y HUMOR NEGRO EN LAS COSAS QUE DICEN LOS PERSONAJES Y EN LA MANERA EN QUE LO HACEN. ES UN MELODRAMA QUE PUEDE SER DURO, BESTIAL O GRACIOSO; ES UN MELODRAMA DE CHOQUE.
-Periodísticamente, se hace hincapié en que “Los ojos llorosos” es una película que contiene escenas de sexo jugadas. Fuera de esta categorización, que puede servir para fines promocionales, ¿en qué aspectos ponés el énfasis?
-La película cuenta desde un lugar personal, y con libertad, la temática del VIH, el amor y la soledad. A la vez asume riesgos estéticos que se traducen en la manera de utilizar la cámara, en la fotografía y en el registro de actuación. Esa libertad nos la da la naturaleza del proyecto, que es completamente independiente y se basa en un sistema de trabajo cooperativo, en el que participan actores, artistas y un equipo técnico; todos los honorarios son estipulados según un sistema de puntos que se traduce en porcentajes y el dinero que ingresa por taquilla, premios o venta de copias se reparte entre todos. Son esos valores -confianza, solidaridad, cooperativismo y trabajo colectivo- los que sostienen un proyecto de este estilo.
El diseño de producción de "Los ojos llorosos" está pensando para que el rodaje sea resuelto con un equipo técnico de 8 personas, una cámara Sony FS7 y a lo largo de 9 días (del 4 al 12 de abril, en locaciones de Villa Marini y Villa Hipódromo, de Godoy Cruz). El mecanismo de financiamiento es el micromecenazgo o crowdfunding. "De alguna manera -asegura el realizador- estas condiciones de rodaje nos posiciona en una actitud de riesgo, de búsqueda, de desafíos".
También existen desafíos en términos artísticos ya que por su estética naturalista, el filme carece de artificios como maquillaje, vestuario, iluminación. El director explica: "El vestuario, el maquillaje, la caracterización estará acorde a la evolución dramática de los personajes; cada uno de los actores irá manejando estos aspectos pero de una manera simple, cruda, natural. Por otro lado usaremos cámara al hombro, planos secuencias, una estética de golpe, al estilo de los hermanos Dardenne. Pronto estará publicado un teaser de la película, en el que se vislumbran estas líneas estéticas".
-A priori, el título nos anticipa algo: hay una carga emocional detrás.
-El refiere al momento de la vida de esta persona en la que la emocionalidad está atravesando su vida y es aquello que lo lleva a tomar ciertas emociones. Alice es un personaje que está en una situación de vulnerabilidad y ese estado se le mezcla con bronca, amor, tristeza... Estamos trabajando para contar esta historia de una manera cruda y natural a la vez. Hay un sustrato de cinismo y humor negro en las cosas que dicen los personajes y en la manera en que lo hacen. Es un melodrama que puede ser duro, bestial o gracioso; es un melodrama de choque.
-No habrá tregua para el espectador, entonces.
Cuando Cristián Pellegrini estalla en carcajadas es Manuel García Migani quien responde: "De ahí vienen nuestras discusiones. Construir el lenguaje que Cristián quiere para la película es construir un tejido complejo cruzado por su idea y las que cada uno de los actores se forma de la historia y de sus personajes. En este sentido, Cristián abre el juego y es permeable a los aportes. Esta ida y vuelta define un proceso de construcción exquisito al que no estamos acostumbrados. La idea de que uno le tiene que poner el cuerpo a lo que otro imaginó es muy fuerte; por eso es imposible que no haya resistencias o debates".
-¿Como actor no te había pasado esto antes? Digo, presentar resistencia a lo que el director o dramaturgo proponía para tu personaje.
-GM: En el teatro cuando eso sucede se habla mucho; se ensaya, se imagina. Esta es la primera vez que trabajo en cine y esta película requiere un compromiso físico y emocional fuera de la común. El personaje tiene el cuerpo infectado y desde ahí se vincula con el mundo. No había tenido una experiencia de tal complejidad.
-CP: Sobre todo porque la historia está llevada, motoriza, por este personaje (Alice). El mayor desafío es que nunca deje de ser humano, que logre empatía con el espectador para que éste pueda acompañarlo en los diferentes estados que atraviesa. Cuando uno expone, cuenta o toca una enfermedad como el VIH, en Mendoza, hay que ponerle una cuota de cinismo, humor negro, sarcasmo e ironía. En definitiva, de todos esos matices del humor. La película presenta una mezcla de todos. Como en la vida.
ESTA ES LA PRIMERA VEZ QUE TRABAJO EN CINE Y ESTA PELÍCULA REQUIERE UN COMPROMISO FÍSICO Y EMOCIONAL FUERA DE LA COMÚN. MANUEL GARCÍA MIGANI.
-Pensando en las temáticas que abordan tus películas, ¿estamos en condiciones de decir que sos un realizador que se ocupa de los temas de género y diversidad?
-Me nace contar estas historias porque tienen rasgos autobiográficos. De alguna manera se construyen con mi vida, con la vida de mis seres queridos, mis conocidos; con aquello que leo, que escucho y que siento. No puedo contar algo que no haya sucedido.
-Esa decisión, entonces, es lo que te define como artista
-Sí, por supuesto. Hay gente que escribe o dirige por encargo y lo hace perfecto. No es mi caso. Soy homosexual y he vivido en los márgenes, sobre todo en la década de los ‘80. Muchas veces tuve que pasar del margen para sobrevivir. Contar estas historias me mantienen con vida, en cierto estado de rebeldía, de crítica; impiden que me aburguese. Muchas veces se cree, en relación a ciertos temas, que todo está arreglado, pero no es así. En Mendoza está instalada la idea de que las cosas cambiaron pero solo están tapadas. Cuando nos remitimos a la data dura, se comprueba que ha ido en aumento la cantidad de infectados y que sigue habiendo personas que se mueren de Sida. La enfermedad sigue siendo estigmatizada, aunque ya no puedan echarte de tu laburo. Ese trasfondo permanece. Tal vez sea anacrónico plantearlo; tal vez no. El desafío está en cómo se plantea el tema.
EQUIPO ARTÍSTICO Y TÉCNICO DE "LOS OJOS LLOROSOS"
Elenco: Manuel García Migani, Sonnia De Monte, Leandro Poquet, Silvia del Castillo, Tania Casciani, Rodrigo Casavalle, Willy Olarte y Carlos Romero.
Guión y dirección: Cristián Pellegrini.
Producción Ejecutiva: Adrián Biasiori y Cristián Pellegrini.
Jefa de Producción: Andrea Puebla.
Dirección de Fotografía: Agustín Barrutia.
Asistencia de Fotografía: Luis Fernández.
Dirección de Sonido: Alejandro Alonso.
Dirección de Arte: Valeria Roig.
Asistencia de Arte: Camila Guevara y Alejandra Mugas.
Diseño: Nicolás Tuzzi.
Jefe de Prensa: Pablo Pereyra.