Hay un antes y un después de Camino a Estambul (The Water Diviner), que se estrenó el jueves en Mendoza, para Russell Crowe, el actor neozelandés que se crió en Australia. A los 51 años, con un Oscar y dos nominaciones bajo el brazo, Russell Crowe parece decidido a continuar su carrera sólo como director.
En el filme, Crowe es el padre de tres hijos australianos que combatieron en Gallipoli (Turquía), en 1915, y que no regresaron. Todos los creen muertos, pero él, cuatro años después, viaja a buscarlos.
-¿Por qué decidió lanzarse como director?
-La verdad es que yo siempre me he guiado de la misma manera para elegir las películas que hago. Quiero sentir una conexión con lo que hago, debo sentir una pasión muy profunda por lo que estoy haciendo. Debo aclarar que yo siempre tuve la decisión de dirigir y he hecho varios documentales, además de unos 30 videoclips.
Leí el guión y sentí que había dado con mi propia voz como director. Es que mi conexión con la historia fue muy profunda, por la estructura narrativa, porque yo también soy padre y porque me daba la posibilidad de modificar una perspectiva que los australianos tienen sobre esta etapa de la historia y que creen que conocen muy bien.
-¿Nunca dudó sobre cómo iba a contar la historia?
-No. Es lo que pasa cuando te sientas con Ridley Scott, con Ron Howard, con Peter Weir, o con Darren Aronofsky. Y yo traté de seguir ese ejemplo.
-¿Y cómo fue la experiencia?
-Yo creía que tenía el mejor trabajo del mundo, hasta que hice esta película. El desafío fundamental de ser un director es mucho más interesante que ser simplemente un actor.
-¿Cuál fue su inspiración?
-Decidimos que nuestra referencia tenía que ser la época de oro del cine australiano, como los primeros trabajos de realizadores como Peter Weir.
-¿Cómo se llevó con Turquía?
-Maravillosamente bien. Es un país impregnado de historia, muy hermoso y verdaderamente sorprendente. Visité muchos lugares en Turquía, y fuimos muy bien recibidos por el gobierno y la industria del cine local. En la película trabajan dos grandes actores turcos, Yilmaz Erdogan y Cem Yilmaz.
-¿Influye Turquía en el resultado final? ¿Y los actores?
-Cuando le dije a mi productor en Turquía que había visto muchas películas turcas y que quería trabajar con esos dos actores, se puso a reír y me dijo que había elegido al Robert Redford y al Paul Newman del cine turco y que tratar de que los dos trabajaran en la misma película era imposible. Pero establecí una relación personal con cada uno de ellos.
La batalla que ya fue película, con Mel Gibson
Lo que cuenta “Camino a Estambul” tiene, en sí, la misma base queGallipoli, el filme de Peter Weir (Testigo en peligro) que protagonizó Mel Gibson. Estrenado en la Argentina durante la Guerra de Malvinas, el filme cuenta cómo los soldados australianos eran enviados por los mandos británicos al frente en la batalla de Gallipoli, en tierra turca, en la Primera Guerra Mundial.
Aquella película de 1981 seguía la ola de buena producción australiana, que tuvo un mojón con la primera Mad Max (1979), también con Mel Gibson, cuyo personaje regresa a los cines de todo el mundo con “Mad Max: Furia en el camino”. Queda todo entre australianos, ya que Weir también había dirigido a Russell Crowe en la candidata al Oscar “Capitán de mar y guerra” (2003).
La muerte de John Nash: "Estoy aturdido"
Crowe se mostró conmocionado al enterarse de la muerte del matemático y Premio Nobel John Nash, al que interpretó en “Una mente brillante” (2001), filme que ganó 4 Oscar y le valió a él una tercera nominación al premio de la Academia (había ganado un año antes, por Gladiador). Eminencia de la Universidad de Princeton, de 86 años, murió el sábado cuando el taxi en el que viajaban chocó en Nueva Jersey, EE.UU. "Estoy aturdido. Mi corazón está con John, Alicia y su familia. Ellos armaban una asociación increíble. Mentes hermosas y corazones hermosos", escribió en Twitter.