Por Zulema Usach
Graciela Bertancud es la educadora que impulsó la enseñanza de las nuevas tecnologías en las aulas. Aquí, su experiencia tras fundar en los '90 la escuela Tomás Alva Edison. Vanguardia educativa y excelencia en la formación, los pilares para ser una institución destacada a nivel mundial.
Inquieta, perseverante y con la mirada puesta en adelantarse a las necesidades educativas de sus alumnos. Tal vez por su capacidad de ir más allá o porque se encontró en la innovación un plus que no hallaba en la enseñanza tradicional, Graciela Bertancud (49) lleva más de la mitad de su vida dedicando esfuerzo al desafío de impartir saberes fundamentales en tiempos en que la tecnología abarca todos los planos de la vida cotidiana.
Fue ella, de hecho, quien llevada por el entusiasmo de aportar nuevas herramientas a la educación, pensó en fundar una escuela en la cual los estudiantes tuviesen la posibilidad de potenciar sus habilidades, reforzar aquellos flancos débiles y desarrollar conocimientos acordes a un siglo que no da tregua a los cambios.
En 1992, se animó nada menos, a concretar aquél sueño que nunca había abandonado. Cuenta la docente y presidente de la Fundación Tomás Alva Edison que en aquél entonces contaba con un jardín de infantes y como a los papás les gustaba mucho la propuesta educativa, logró el apoyo necesario de otras personas e instituciones para lanzarse a la tarea de fundar la escuela que hoy lleva el mismo nombre de la entidad
Así, el colegio Tomás Alva Edison abrió sus puertas en calle Álvarez Condarco, de San José Guaymallén. Allí comenzó una nueva historia. El proyecto de innovar con Tecnologías de Información y Comunicación (TICs) no sólo pudo ser aplicado con éxito en todos los niveles de enseñanza, desde el inicial hasta el secundario, sino que le valió a la institución el hecho de ser una de las dos escuelas de Latinoamérica y una de las 17 a nivel mundial en estar a la vanguardia de la actualización en materia tecnológica en los procesos de enseñanza y aprendizaje. La multinacional Microsoft, de hecho, la ha premiado y ubicado dos veces entre las escuelas más adelantadas del mundo en lo que a uso de las TICs se refiere. Por eso, es considerada como una “escuela bandera” en la materia.
La tarea docente, clave para la impartición de saberes ligados a la tecnología, estuvo cimentada en esos pilares básicos. ¿La metodología? Graciela explica que una línea pedagógica fundamental fue, justamente, atravesar los contenidos con el mismo hilo conductor: la innovación.
¿Qué significa ser una escuela innovadora?
- "Nosotros acompañamos el desarrollo del ser humano en función de lo que le va a toca vivir. Siempre he visto que la educación va atrás de los avances que se tienen que dar para insertar a las personas en el mundo laboral. Nosotros trabajamos bajo el paradigma de lo que sería la ciencia, la tecnología, la matemática, el arte y la ingeniería, como un concepto de aprendizaje usando las siete inteligencias".
¿Esto que implica?
- "Entendemos que no todos somos buenos en todo. Entonces identificamos cuáles son las habilidades predominantes y trabajamos con aquellas que no lo son tanto. De este modo, la escuela cambia el paradigma de decirte lo que no sabés hacer, a potenciar lo que sí sabés para trabajar aquello que te cuesta".
Un gran desafío para un colegio con una matrícula elevada…
- La escuela tiene más de 900 alumnos, en Nivel Inicial, Primaria y Secundaria. Se suman al menos 300 chicos que asisten los sábados a la escuela de robótica. La secundaria tiene la modalidad de informática con orientación en robótica. Entendemos que la programación y el conocimiento de la robótica es como el tercer lenguaje que se le avecina a nuestros estudiantes. Por eso es tan importante hacer hincapié en este aspecto, sobre todo en el nivel secundario.
¿Y entre los más pequeños?
- "En la primaria estamos tratando de que los chicos no tengan tanto contacto con las tecnologías. Estamos viendo que los padres los exponen mucho a las pantallas durante el día. Por eso queremos que lleguen al colegio para encontrarse con el otro y potenciar el desarrollo de la motricidad y de la creatividad".
"Entendemos que no todos somos buenos en todo. Entonces identificamos cuáles son las habilidades predominantes y trabajamos con aquellas que no lo son tanto. De este modo, la escuela cambia el paradigma de decirte lo que no sabés hacer, a potenciar lo que sí sabés para trabajar aquello que te cuesta".
¿Qué importancia guarda el hecho de que la escuela promueva el uso de las TICs y la alfabetización digital?
"Dado el contexto que los alumnos deberán atravesar en un futuro, hay que decir que está todo atravesado por las nuevas tecnologías. Si la escuela no incorpora este proceso como algo natural, dentro de lo que es la identidad digital y la alfabetización digital, los estudiantes no se verán en igualdad de condiciones desde el punto de vista de laboral. El tema de las tecnologías también tiene que ver con un tema de inclusión social y de pertenecer a un nuevo formato de trabajo donde la robótica y la programación van a tener mucho que ver en nuestras vidas. En este sentido es que queremos preparar a los alumnos para lo que les va a tocar enfrentarse en el futuro".
¿Cómo lograron insertar esta modalidad en la enseñanza?
- "Iniciamos en 2004 a partir de un documento de la Unesco que hablaba sobre la importancia de la alfabetización digital para el 2010 y donde nosotros hicimos un análisis institucional teniendo en cuenta que queríamos incluir a la tecnología más de lleno en los procesos curriculares e impartirlos a lo largo de toda la enseñanza. Así empezamos a pensar en el modelo "1 a 1", que implica tener una computadora por cada alumno".
Ese objetivo implicó un gran esfuerzo…
- "Sí. En ese momento los alumnos que pasaron de sexto a séptimo grado eran los únicos que tenían algo de dinero ahorrado para irse de viaje de egresados. A ése dinero decidimos invertirlo en la compra de computadoras y se canjeó el viaje por las computadoras. Con el tiempo Microsoft les regaló un viaje a Buenos Aires a todos. Hoy en nuestra escuela, cada alumno cuenta también con una computadora cada uno, a partir de quinto grado hasta quinto año de la secundaria. Los abuelos, los tíos, los padrinos colaboran. Es un gran esfuerzo de la comunidad para lograr que los chicos tengan esta alfabetización digital".
Han ganado varios premios a lo largo del tiempo. ¿Cuál ha sido el fuerte para lograr estos reconocimientos?
- "Lo que nos caracteriza respecto de la innovación educativa, primero es sostener un proyecto durante quince años, que eso es mucho. Empezamos con la alfabetización digital con un carácter innovador, y ahora tenemos Robótica y Programación. Eso es lo que nos da el carácter innovador. Vamos mejorando, vamos viendo en el presente cómo trabajar en equipo para avanzar en cada uno de los objetivos, tanto el equipo de conducción como los docentes. Esto es lo que los alumnos valoran; las nuevas propuestas y miradas para hacer de una clase una verdadera experiencia de aprendizaje. Es como si la innovación estuviese en nuestro ADN".
Ingresá a la edición digital 158 para leerla igual que en el papel, haciendo click aquí